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La consolidación del gobierno de Gallardo en el 2023

Armando Limón | 01/01/2023 | 21:07

Después de décadas de letargo y simulaciones desde el gobierno estatal, este nuevo año 2023 pinta muy alentador para la población potosina, con una inversión de más de 6 mil millones de pesos que dará continuidad al impulso de obra pública de infraestructura en toda la entidad que ha instaurado el gobernador Ricardo Gallardo Cardona como una de las prioridades de su gestión desde el primer día que asumió el cargo.

 

La nueva infraestructura y modernización de la existente que estaba en un franco deterioro, potencia las oportunidades de crecimiento económico, la apertura de empresas, atracción de inversiones nacionales y extranjeras, generación de empleos, en decir, habrá más generación de riqueza y una mejor distribución para reducir la desigualdad que se agudizó desde hace años y ahora el panorama se presenta muy distinto.

 

El gobernador Gallardo asumió el compromiso de consolidar este 2023 la política de bienestar a través de programas sociales dirigidos a los sectores más desprotegidos de la entidad; a esas miles de familias potosinas que fueron olvidadas por varios gobiernos a pesar de las condiciones de pobreza y marginación en la que estuvieron sobreviviendo sin recibir nada más que promesas vacuas y retóricas oficialistas que solo perpetuaron su exclusión del desarrollo.

 

En materia de seguridad, tema sensible y complejo, el titular del Ejecutivo también ha anunciado el reforzamiento de la prevención y combate al delito con la nueva generación de la Guardia Civil Estatal y la puesta en marcha de la División de Caminos.

 

La inversión también se incrementará en ese rubro, sumada a la partida federal que se autorizó como un signo de confianza hacia el gobierno estatal por los resultados obtenidos en la reducción de varios delitos con el nuevo modelo policial implementado que todos los días realiza detenciones y aseguramientos de drogas, armas y arsenales.

 

En este escenario promisorio de más desarrollo y justicia social que se despliega para este nueve año con la dinámica de trabajo, obras y programas que ha establecido el sexenio gallardista, no faltan algunas voces discordantes que siguen ancladas en el pasado, en el pesimismo y la catástrofe solo porque el cambio de régimen político que encarna Ricardo Gallardo, sustentando en la voluntad ciudadana expresada en las urnas, significó la pérdida de sus privilegios.

 

Se acabó el uso faccioso del presupuesto público, es una minoría que patalea y vocinglera por la desesperación al verse desplazada; cuando ahora sí se ve reflejado el erario en obras y acciones, no va a parar a las cuentas bancarias y fortunas de unos cuantos.

 

La crítica ha sido bienvenida y es necesaria para fortalecer y mejorar la función pública, pero la que proviene de grupúsculos que ambicionan el poder para su beneficio personal y se disfrazan de redentores, no se sostiene por la falta de argumentos sólidos y su desvinculación de la nueva realidad y de las clases sociales medias y bajas a las que solo manipularon en el pasado.

 

El cambio impulsado por el gobernador Gallardo es palpable y lo más importante, no hay agravios ni criterios selectivos por cuestiones políticas en el ejercicio del poder; hay paz, armonía y tranquilidad; orden y trabajo. Hay consensos amplios y firmes, basados en el diálogo y en el espíritu transformador del estado potosino, el mismo aliento que impera en todo el país.