Jueves 18 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Mediocres pero orgullosos

Oscar Esquivel | 01/12/2022 | 22:47

Si encontramos un hombre honesto en la calle y nos entrega una moneda que minutos antes se nos cayó sin darnos cuenta, lo miramos como una persona bien vestida, con modales refinados, lo creemos hasta exitoso, con educación y principios éticos, devuelve lo que no es suyo, es una muestra de lo que pensaríamos de él. A primera vista una impresión muy positiva de la persona, alguien de buen “ver”, sobre todo decente, virtudes poco apreciadas en nuestros días.

 

  Cuando por asares del destino nos topamos o conocemos más de él, y nos damos cuenta, que su apariencia física y de buenos modos es una fachada, que utilizan mucho para mostrarnos lo que no son. El hombre en su casa es un desobligado familiar, sucio en el hogar, poco colaborativo en sociedad, le da flojera tener un trabajo, vive de rentas heredadas, podríamos describirlo como un ser inmerso en la mediocridad, se es mas y se es menos. 

 

¡Oh la delicia de la mediocridad!¡no poder pensar, aislarse en la inconsciencia!¡poder entusiasmarse por una bicicleta! Rubén Darío. Nadie somos perfecto, al grado, de que nunca hayamos cometido una mediocridad, la excepción no existe, si existiera seria Dios.

 

 “Toda mediocridad trae consigo la hipocresía en el carácter y en la vida de una persona” Hebbel; si tan solo pusiéramos atención en lo que sucede, ¡vamos! fijarnos en los detalles, tal vez ahí está el secreto de para ser perfectibles, es mejor ver, que no hacerlo, escuchar que solo oír, atender que hacemos los “burócratas”.

“Muchos hombres podrían ver si se quietaran las gafas” Hebbel. Todo nos parece bien mientras convenga o que estemos entregados a la necedad y al a fanatismo.

 

 A LA SELECCIÓN SE LE APLAUDE Y PUNTO 

 Los grandes consorcios televisivos, los medios de comunicación, empresarios del “tutifruti”, nos han hecho creer que el aplauso, la porra y hasta el llanto, merece la selección mexicana de futbol. Todo un pueblo los ve durante cuatro años como la última esperanza, como soldados a la guerra que defenderán a la patria invadida, son la moneda de cambio para el “gancho publicitario”. 

 

Obtener una playera original de la selección, representa el sueldo semanal de una persona en pobreza laboral, será por ello que el edil capitalino del SÍ, el de los deseos imposibles, perdones posibles, mando hacer miles de playeras para fomentar el “fut” y el apoyo a los seleccionados mexicanos (solo se les vieron para la foto).  

 

Playeras verdes sin algún mensaje de futbol, ¡ah! pero eso sí, su palabra favorita y experimental “posible” por si hay que hacer campaña política sin el partido azul, los signos del futbol no se imprimieron en las camisetas de la Capital del Sí. 

 

Regresando a la selección, un equipo de hombres ungidos y tratados como reyes, con sueldos estratosféricos, como el portero Ochoa con ingresos de 87 millones de pesos al año , entrenadores extranjeros que reciben 16 mil pesos diarios  libres de impuestos y gastos, los jugadores promovidos por manejadores “deportivos” los llevan a jugar al extranjero, con relativo éxito se hacen goleadores y su franquicia sube como espuma, pero cuando los solicitan para justas internacionales  con la selección nacional, con el acompañamiento de mexicanos,  son un fracaso. Los famosos tachones hechos de piel de becerro, con extrema medida exacta, sacada con moldes de látex para los pies, fabricados por la marca Adidas, dicen los que saben, que su costo oscila entre 5 y 20mil peso el par. 

 

Para asistir a un mundial de futbol ¿será necesario tanta preparación publicitaria, en lo individual y colectivo? ¿Qué es lo que nos atrae, el juego o una camiseta? Para algunos tomarse una cerveza de la marca que anuncia algún seleccionado, es lo mejor para un fanático del futbol en un sábado “deportivo”. 

 

Vemos, pero no observamos los miles de millones de pesos, que se mueven entorno al equipo Azteca, tanto dinero no logra hacer la diferencia entre ganar o perder. 

El presidente de grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego, puede que tenga razón, se les da tanto en lo deportivo, como en su persona, olvidándose de ser futbolistas, para convertirse en figurines del espectáculo; Masajeadores, entrenadores físicos individuales, ropa a la medida como de sastre, zapatos, hoteles de lujo, atención a las familias para su estabilidad emocional ¿y todo para qué? convertirse en un fracaso. 

 

Ya se veía venir y nadie hizo caso, esta selección, también todas las anteriores, han sido incubadas desde su nacimiento en un pesebre lleno de adulación, soberbia y lujo. 

 

Seguiremos apoyando la mediocridad deportiva, sobre todo al futbol en las mismas condiciones y nadie dirá nada, el país entero juega este deporte, los niños ya se sienten Messis en sus torneos de Inter escolares, no por como juega el argentino, si no por el dinero que le genera jugar bien al futbol. Los entrenadores de equipos amateurs ponen más atención en las “estrellitas” que en el conjunto del equipo, llevando al jugador a convertirlos en lo que son ahora, una masa discordante con la afición y el  verdadero sentido del deporte, no son los entrenadores, ni el pasto, ni los psicólogos, ni el balón, son ellos, títeres ricos, manejados por ricos, con el poder del marketing para decidir quien juega, quien gana y hasta a que equipo pertenecerán los individuos, a esto se le llama mediocridad. 

 

Algún día cuando el interés sea el futbol, apoyado, sí, pero sin intromisiones de los hombres de pantalones largos, en México el deporte más hermoso del mundo se tendrá un equipo ganador campeón. 

 

Mientras tanto, ensayaremos la porra para el 2026. 

 

Nos saludamos pronto,

 

Oscar Esquivel