Vanguardia | 28/11/2022 | 12:40
Durante más de tres semanas, simpatizantes del presidente Jair Bolsonaro que se niegan a aceptar su apretada derrota en los comicios de octubre han bloqueado caminos y acampado frente a edificios militares en Mato Grosso, el gran productor de soya de Brasil. También han protestado en otros estados del país, y han pedido la intervención de las Fuerzas Armadas o que su Bolsonaro les dé órdenes de actuar.
Aunque la mayor parte de las manifestaciones son pacíficas, las estrategias empleadas por algunos participantes radicalizados han empezado a preocupar a las autoridades. José Antônio Borges, procurador estatal en Mato Grosso, comparó sus acciones con las de guerrilleros, grupos de milicianos y terroristas internos.
Se han reportado bloqueos y actos de violencia en los estados de Rondonia, Pará, Paraná y Santa Catarina. En este último, la policía federal de carreteras indicó que manifestantes que bloquean carreteras han empleado métodos “terroristas”, los cuales incluyen bombas de fabricación casera, clavos y barricadas hechas con neumáticos en llamas.
La mayor parte de los actos de resistencia se están llevando a cabo por la noche, efectuados por “hombres encapuchados extremadamente violentos y coordinados”, los cuales actúan en distintas regiones del estado a la misma hora, señaló la policía federal de carreteras.