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Monreal la variable aún no considerada

José Luis Solís Barragán | 26/11/2022 | 10:44

El estilo personal de gobernar del actual inquilino de Palacio Nacional es muy particular, tiene una amplia capacidad para controlar la agenda pública y el debate, no permite que nada ni nadie opaque su presencia y su discurso, así como exige una alineación detallada en un tablero escrupulosamente diseñado por él.

 

Todo aquello que no queda acomodado en la visión preexistente tiende a ser relegado, si bien no adquiere la calidad de adversario y con ello la declaración de guerra, la realidad es que si tiende a ser ignorado y descalificado por “no entender” el movimiento transformador.

 

Ricardo Monreal Ávila ha sido una pieza constante en la lucha del entonces candidato/opositor Andrés Manuel López Obrador, no sólo permitió que el PRD arrancara de las garras del PRI la gubernatura del Estado de Zacatecas, sino que coordinó una de sus campañas presidenciales y le sirvió como caja de resonancia legislativa contra el calderonismo y el peñismo.

 

En todo este tiempo que caminaron justos desde la oposición ambos personajes con personalidad fuerte pudieron coexistir, sin embargo, el 2018 fue una prueba trascendental que pudo haber significado el rompimiento de una alianza política que era útil para ambos, pero que como todo tenía sus propios matices.

En el 2018 se jugaban muchas cosas y Andrés Manuel López Obrador sabía que era el año determinante para el futuro de su movimiento, por lo que el acomodo de la pieza denominada Ricardo Monreal era fundamental para la decisión sobre la herencia política que se vislumbraría rumbo al futuro en un corto y mediano plazo.

 

Si López Obrador lograba la presidencia y Ricardo Monreal la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, el segundo se convertiría en el candidato natural para sucederlo, lo que le dejaría poco margen de decisión al primero; pero si por el contrario el primero fracasaba y el segundo se hacía con el triunfo, el liderazgo moral del lopezobradorismo llegaría a su fin, repitiendo la historia en cuanto a la forma en que López Obrador arrebató el liderazgo del partido a Cuauhtémoc Cárdenas.

 

Ante esa encrucijada, López Obrado no permitió que Ricardo Monreal fuera candidato de MORENA a la Jefatura de Gobierno y la alianza política entró en una crisis que, si bien no llegó a un pleno rompimiento, si fue evidente que nada volvería a ser igual.

 

Monreal fue paciente, aceptó ser coordinador del Grupo Parlamentario de MORENA en el Senado, de ahí asumió que podría reconstruir su alianza estratégica con López Obrador y pese a los acuerdos alcanzados para que transitaran las reformas que exigía el presidente, ello lo alejó de Palacio Nacional y lo acercó a la oposición.

 

Monreal ha sido minimizado por el presidente López Obrador, es una pieza que no sólo no encaja en su tablero político, sino que además resulta estorboso, porque el Senador logró construir un liderazgo propio de esos que carecen en el movimiento, por lo que el Senado no es una tierra lopezobradorista y en este periodo ordinario el titular del Ejecutivo ha sido un fiel testigo de ello.

 

En menos de un mes el lopezobradorismo perdió la Presidencia del Senado y posteriormente vivió un duro revés con la reforma constitucional de la Guardia Nacional y la reforma político-electoral se vislumbraba aún más complicada en la Cámara Alta que en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

 

Monreal es la variable que López Obrador no calculó, es aquella piedra que puede convertirse en poco tiempo una la figura que la oposición no logró construir en cuatro años, ello nos lleva a pensar que podríamos estar frente la grieta que genere el cisma, que el Presidente no consideró.

 

Ricardo Monreal quizás no represente un porcentaje importante de votación, pero su rompimiento puede ser el comienzo de una desbandada de aquellos morenistas agredidos y excluidos que se identifiquen con su bandera, puede ser que se convierta en el López Obrador del PRD, de ello sólo el tiempo hablará.

Por lo pronto, parece que la historia política de Ricardo Monreal y López Obrador tiene importantes similitudes, quizás por ello el deprecio de segundo para el primero, en su mente probablemente no pensó que tendría que enfrentarse a alguien tan igual a él.