Considerado uno de los intelectuales más importantes de la posguerra, el también traductor nacido en Baviera fue galardonado en 2002 con el entonces Premio Príncipe de Asturias en el área de Comunicación y Humanidades "por su valiosa aportación al debate contemporáneo".
El jurado destacó en la ocasión "la hondura y la extraordinaria variedad de una obra que incluye la poesía, el ensayo, el pensamiento filosófico y científico, el drama, el reportaje, la reflexión política y la narración. Estas manifestaciones, reflejo de un abierto cosmopolitismo, de una acusada honestidad intelectual, de una gran inquietud por las cuestiones sociales y de un marcado componente ético, constituyen una valiosa aportación al debate contemporáneo, porque ofrecen un agudo análisis crítico de los grandes problemas que afectan a las sociedades actuales, como las perversiones del poder, los totalitarismos, las mentiras sociales o el derrumbamiento de las utopías".
La editorial Anagrama, que concentra buena parte de su obra en español, lo destacó como uno de los creadores más agudos y significativos de nuestro tiempo.
"Fundó y dirigió revistas culturales (Kursbuch y The Transatlantic), fue un poeta extraordinario, ensayista personalísimo y polémico, autor teatral, realizador de documentales cinematográficos, etc. También fue fundador y miembro durante muchos años del jurado del Premio Anagrama de Ensayo", describe el sello en su página web.
Además del Asturias, Enzesberger recibió la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 2002; y en 2009 la Orden de las Artes y las Letras que otorga el Gobierno francés.
Entre su vasta obra ensayística, figuran títulos como Para una crítica de la ecología política, Elementos para una teoría de los medios de comunicación, ¡Europa, Europa!, Mediocridad y delirio, La gran migración, En el laberinto de la inteligencia: Guía para idiotas y Europa bajo tutela.
En la narrativa, sus novelas El corto verano de la anarquía. Vida y muerte de Durruti, Hammerstein o el tesón y Josefine y yo.
Mausoleo y El hundimiento del Titanic contienen su poesía y El filántropo es un ejemplo de su dramaturgia.
Hans Magnus Enzesberger recién había cumplido el 11 de noviembre los 93 años.
