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Reforma electoral, la ultima batalla

Oscar Esquivel | 28/10/2022 | 00:17

Los propósitos de la democracia sería la consumación de una participación de ciudadana en todos los asuntos públicos que tengan que ver para alcanzar la felicidad.  

Un Estado que se jacte de altos niveles de bienestar en su población, es porque su democracia es participativa, como resultado sus habitantes son felices, y la felicidad es ya, un estilo de vida. 

 

“La felicidad no depende de lo que nos falta, sino del esmerado cultivo y buena administración de lo que tenemos. La felicidad se hace, no se halla. Brota del interior, no viene de fuera “Thomas Hardy 

 

Toda sociedad busca constantemente encontrar la solución a los obstáculos que le impide avanzar a los niveles de satisfacción que requiere para ser feliz, hay secretos para eso y creo es el cumplimiento de los deberes de cada miembro de la sociedad, por más humilde sea el trabajo, si se realiza con ahínco, y obtiene a cambio cuidados de salud, educación, entretenimiento, tendremos un pueblo contento. Desafortunadamente nos encontramos con resistencias, que se convierten en miedos de dejar de percibir privilegios, perder su posición política o social, ya no se diga niveles económicos,

En la participación democrática para elegir a nuestros gobernantes sucede lo mismo, existe renuencias, enconos, descalificaciones, desconfianzas ante una realidad y esa es, que los partidos políticos y sus miembros piensan solo egoístamente en ellos, quieren continuar aferrándose a sus privilegios de poder, dejando a un lado los auténticos reclamos ciudadanos de participación, los pocos que existen son independientes de la estructura de gobierno, pocas veces tomados en cuenta. 

 

Ha comenzado el debate de la reforma electoral enviada por el presidente López Obrador, antes que la ciudadanía la conozca, la oposición con toda su infraestructura de comunicación ya se encargó que los ciudadanos la deprecien sin tan siquiera conocerla. Veamos y analicemos lo que está en juego.

 

Cambiaria el nombre del INE (no desaparecerlo) a INEC Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, darle poder absoluto para llevar a cabo las consultas ciudadanas.

La disminución de 11 consejeros nacionales electorales a solo 7, los cuales le cuestan al erario más de 50 millones de pesos al año. Estos nuevos consejeros podrán ser electos por voto popular, los candidatos serán a propuesta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las cámaras de Senadores y Diputados, y por el Poder Ejecutivo, posteriormente los ciudadanos, podremos elegirlos en las elecciones intermedias o del cambio de presidente de la República. 

 

La elección de los miembros del Tribunal Electoral del Poder judicial de la Federación el TEPJF, de igual meneara serian electos por usted, sin mediación de los partidos políticos, se les daría certidumbre a las calificaciones de las elecciones.  

 

La desaparición de los diputados plurinominales (un reclamo ciudadano) los “pluris” perdieron su razón de ser, que era la de darle una voz a las minorías, hoy son cargos por dadivas, que se dan entre las cupulas de los partidos políticos, entre cuates del gobernante en turno, la cabeza principal de los partidos. Hoy existe el equilibrio suficiente de fuerzas políticas como para continuar regalando sueldos onerosos a los diputados de cartón. ¿Cómo ve usted amable lector?

 

Dejarían de existir 32 senadores y 200 diputados ¡bendito Dios!

 

Esta aplicación sería de igual forma para congresos locales, reducir a 15 diputados por cada millón de habitantes y por cada 500mil habitantes agregar uno más, es decir en nuestro estado como ejemplo, tendríamos de 19 diputados a 20 diputados en lugar de 27, con un tope máximo en estados de la república con mayor población hasta 45 legisladores. Los regidores no estarían exentos de tal recorte. 

 

En el financiamiento público, se propone una reducción económica de tal manera que los casi 12 mil millones anuales que se destinan a partidos políticos, una suma vergonzosa en un país de pobres, se destine a otras cosas de interés público, esta reducción seria únicamente, subrayo, únicamente para gasto ordinario, es decir los sueldos, viajes, mantenimientos de edificios que casi siempre son despilfarrados y sirve para mantener una clase política holgazana. 

 

Que sean las cuotas de militantes quienes mantengan a sus “lideres” que se sostengan solos ¿no cree usted?

 Importante recalcar que el financiamiento público será únicamente para los gastos que ocasionan las contiendas electorales, se le asignaran a cada partido, una cantidad fija por contendiente.  

 

La propuesta presidencial abarca hasta desaparecer los organismos electorales estatales, con al argumento de abaratar costos, y el nuevo INEC sea quien organice las elecciones. La centralización del poder nunca ha resultado positiva, ya veo al INEC organizando una elección extraordinaria o una revocación de mandato, de un regidor o presidente municipal de un municipio de 6 mil habitantes. Es de todos conocido que los organismos electorales están al servicio de los gobernadores, bueno, que se apliquen las mismas reglas nacionales en estos órganos electorales, pero desaparecerlos, en un pobre propósito propagandista de la 4T.

 

El voto a distancia o electrónico, es un tema controversial, si en las elecciones del país más poderoso del mundo, se acusó que hubo operación ratón electrónico, para que votaran ruso por Donal Trump. Imaginemos en un país como el nuestro, donde la impunidad es el cáncer que nos aqueja, la información seria como nube de lluvia cargada, que en cualquier momento suelta la tormenta, se armaría un caos al no contar con bases tecnológicas y jurídicas suficientes para enfrentar controversias.

 

 Habría que pensarlo muy bien con el voto electrónico. En 2018 para elegir presidente de la republica se recibieron 96,957 votos de un total 55, 039 913, ¿sería necesario arriesgar una elección por el bajo número de votos? por eso es conveniente tener la plena seguridad de que contaríamos con un sistema confiable, pues como dicen, “una elección se gana por un voto”.  

 

Podríamos mencionar  puntos adicionales  de la propuesta de AMLO con la Reforma Electoral, como tiempos en radio y televisión, propaganda gubernamental, no menos importantes,  pero de una cosa que externo en lo personal, lo expreso con todo el respeto que me merecen los políticos actuales, dentro y fuera del gobierno, oficialistas  y de oposición, dejen de saquear al país, mantengan ustedes su institutos políticos, los ciudadanos tenemos el derecho de ejercer nuestra voluntad plena, a través de procesos electorales austeros, confiables y sobre todo, plenamente libres. 

 

A trabajar que falta les hace.

 

Nos saludamos pronto. 

 

OSCAR ESQUIVEL