Miércoles 24 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Rumbo a una selva oscura

José Luis Solís Barragán | 26/10/2022 | 23:59

Desde hace algunos sexenios se ha vuelto casi tradición que se empujen cambios el sistema electoral mexicano, algunos de ellos han permitido un trastocar de fondo el sistema representación, han empujado la transición y posterior intento de consolidación democrática y otro tantos han permitido intentar realizar ajustes menores que hagan más equitativa la contienda.

 

Los cambios electorales nunca han sido un tema menor, ya que requiere un amplio análisis que impida que algunos actores políticos queden marginados, ya que de lo contrario la reforma planteada en poco tiempo podrían convertirse en la trampa que nulifique a la propia democracia.

 

En México hemos tardado muchos años en poder sentar los primeros cimientos de un sistema democrático, sin duda alguna muy imperfecto, pero que ha tenido importantes avances y que ha logrado facilitar la transición de un sistema de un partido preponderante a la alternancia política en la que vivimos actualmente.

 

Pero pese a los innumerables esfuerzos para consolidar la democracia, los espíritus antidemocráticos siempre rondan las naciones y México no es la excepción, plantear cambios que pudieran parecer buenos, deben verse desde la óptica que impida que el día de mañana desviemos nuestro camino de la democracia y nos encontremos en el regreso a un pasado que creíamos superado.

 

Muchas criticas pueden hacerse al sistema político electoral mexicano, la falta de legitimidad de la representación política, la desconfianza institucionalizada de los candidatos perdedores a los resultados electorales, la sobreregulación que impide procesos electorales agiles, la propia corrupción electoral, el modelo de comunicación política y el clientelismo electoral empujado desde los gobiernos, entre otros temas.

 

Ahora bien, no sólo es de cuestionarse a las instituciones electorales y actores políticos, sino también debe haber espacio a la autocrítica ciudadana y ello cruza necesariamente por el alto abstencionismo que se vive en los procesos electorales, y el poco interés de los ciudadanos en la representación política.

 

Muchos temas podrían incluirse en una reforma político-electoral amplia, sin embargo, todo parece indicar que ni se tomará de punto de partida un análisis serio de las posibles áreas de oportunidad que requiere esa materia en nuestro país, así como tampoco se pretende señalar el destino al que se pretende que se avance que los cambios que se plantean.

 

Está quizás sea una reforma que pueda tener buenas intenciones, pero nos conduzca a una selva oscura de la que el día de mañana no sepamos como debemos regresar, esta puede ser una oportunidad perdida por la necedad de generar cambios sin un diagnóstico adecuado.

 

El poeta Dante Alighieri en su texto la Divina Comedia escribió: “A la mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado.” Ahora que se anuncia el inicio de los trabajos de un anteproyecto de dictamen en materia político-electoral, más valdría que todos los partidos políticos sean cautos de no caer en esta situación.

 

Muchos cambios que hoy se proponen deben ser revisados con mucho cuidado, ya que, de lo contrario tantos años de esfuerzo por una democracia, pueden tirarse a la borda, todo por atender filias y fobias personales.