La importancia del ejercito en seguridad

No pasará mucho tiempo para que el congreso del estado reciba las propuestas de reformas constitucionales para su discusión y someterlas a votación en las que se aprueba que el ejército continúe en las calles contribuyendo en las tareas de preservación de la seguridad pública las que seguramente recibirán el respaldo de los diputados locales toda vez que San Luis Potosí es uno de los ejemplos más claros de lo necesario que son las fuerzas armadas en la lucha contra el crimen organizado.

A pesar de las voces opuestas a que la fuerza militar continúe en las calles, las masacres constantes que  se generan en todas las entidades por ataques a cargo de grupos de los diversos cárteles que operan en México, fuera de los militares no hay otra corporación capaz de enfrentarlos en condiciones de igualdad y con posibilidades de derrotarlos en caso de un enfrentamiento armado.

Lamentablemente, tal circunstancia se ha evidenciado en el territorio potosino desde hace varios años cuando el crimen organizado empezó a incursionar en SLP  con miras  a adueñarse de esta plaza.

 Cuando hubo necesidad de hacerle frente quedó en evidencia la debilidad de las instituciones policiacas locales tanto en equipamiento como en armamento lo que les generaba una especie de impunidad como se vio en aquella primera incursión de un grupo armado a las cercanías de plaza de los fundadores cuando a punta de metralleta llegaron hasta un templo religioso de la acción católica en busca de un empresario al que pretendía secuestrar después de lo cual huyeron por la calle Independencia hacia el sur sin que ningún agente policiaco o alguna patrulla pudiera ir tras los delincuentes.

 Y menos pudieron combatir la inseguridad las policías caseras cuando empezaron a surgir elementos de la posible vinculación de altos funcionarios del área de seguridad con los cárteles delincuenciales para que operaran sin problema alguno.

Como consecuencia de esa presunta complacencia recuérdese que hubo una época negra en que se recrudecieron los secuestros y asaltos en la zona capitalina así como en la región huasteca donde los plagios y extorsionen eran cosa de todos los días lo que tanto allá como aquí provocó que varios conocidos empresarios optaran por irse a residir al extranjero temerosos de ser objeto de un atentado.

Precisamente por esas crisis de inseguridad durante los regímenes de Marcelo de los Santos y Fernando Toranzo fue por lo que se iniciaron las peticiones de que se enviaran a SLP grupos de militares para que reforzaran las tareas de combate a la delincuencia y a la vigilancia de las zonas conflictivas, solicitudes que no han dejado de hacerse hasta esta etapa en virtud de que sin el apoyo militar sestaría en desventaja ante el crimen organizado por los mayores recursos con que cuentan sus grupos para realizar sin oposición sus actividades delictivas lo que hace necesario que el ejército mantenga aquí  los elementos que ha enviado con ese fin lo que, sin duda pasará en el resto de las entidades del país, lo que casi garantiza que las reformas constitucionales serán aprobadas por la legislatura local sin problemas.