Solo un 29 por ciento de los países de África, donde más de la mitad de la población tiene menos de 24 años, cuentan con políticas de salud mental para niños y adolescentes, advirtieron hoy las Naciones Unidas.
"El mayor desafío para la provisión adecuada de servicios de salud mental en África es la inversión crónicamente baja por parte de los gobiernos", lamentó este lunes en un comunicado la directora para África de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Matshidiso Moeti, coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este 10 de octubre.
"La angustia psicológica bajo la que viven cientos de miles de menores y progenitores en todo el continente tiene un fuerte impacto sobre las personas y, por extensión, sobre el bienestar y el desarrollo de las sociedades", alertó en el mismo comunicado Mohamed Malick Fall, director regional para el Este y el Sur de África del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
Según la ONU, África cuenta con menos de un trabajador de salud mental infantil (0,2) y con menos de dos (1,6) especialistas en adultos por cada 100.000 habitantes, a pesar de que cerca de 37 millones de adolescentes (de entre 10 y 19 años) viven con este tipo de trastornos en el continente y uno de cada cuatro niños convive con un progenitor que los sufre.
Asimismo, la organización ha registrado un aumento en el consumo de alcohol entre la población joven, algo que "se puede conectar con los problemas de salud mental".
En este sentido, más del 80 por ciento de consumidores de alcohol de entre 15 y 19 años en Angola, República Centroafricana (RCA), República del Congo, República Democrática del Congo (RDC), Guinea Ecuatorial y Gabón consumen grandes cantidades de alcohol de manera puntual.
Por otro lado, según advirtió la OMS la semana pasada, África es la región con la tasa más alta de muertes por suicidio del mundo.
Alrededor de once personas de cada 100.000 mueren al año por suicidio en África, una cifra superior al promedio mundial de nueve de cada 100.000 personas, mientras el continente alberga seis de los diez países con las tasas de suicidio más elevadas del mundo.
Esa situación se debe, en parte, a la acción insuficiente para abordar y prevenir los factores de riesgo, incluidas las afecciones de salud mental que actualmente afectan a 116 millones de personas, frente a los 53 millones de 1990.
En agosto pasado, los ministros de Salud de África aprobaron una nueva estrategia para reforzar la atención de la salud mental y establecieron diferentes objetivos para 2030, como que todos los países tengan una política o legislación sobre esa materia.