¿Cuánto Ejército en las calles?

EL DEBATE QUE SE HA despertado desde la más alta tribuna del país en la Cámara de Senadores así como las opiniones diversas que se han vertido en la opinión pública nos obligan a contextualizar en la historia la presencia de las fuerzas armadas en tareas de policía y combate a la delincuencia.

SI BIEN ES CIERTO QUE EL DEBATE tiene bases sólidas en ambas direcciones de donde se han asentado sus principales vertientes, que por un lado a iniciativa del gobierno federal, refieren a consolidar la presencia de las fuerzas armadas en tareas de policía por la difícil situación delictiva que vive el país; y por el contrario vertientes que consideran que el Ejército no puede ni debe desempeñar ninguna de estas tareas, ya estando consagrada en la Constitución la importante tarea de la defensa de la soberanía nacional. Es entonces que vale la pena ver más allá del discurso demagógico y soflamero, de vestiduras rasgadas por la necesidad o por el interés.

NO HAY NADA MÁS TRISTE QUE gritar que las cosas están mal cuando fuiste parte del origen de ese problema.

Y ES QUE SI SE TRATA DE DECIR LA verdad, si el Ejército está hoy en la calles, mucho ha tenido que ver lo que no se hizo nunca en otras administraciones, esa vista gorda que dejó pasar y dejó crecer en aras de no haber tenido que sortear en su momento el desgaste político o presupuestal, o porque también a muchos les llegaron al precio, vaya usté a saber… como dicen en el pueblo.

PERO LA VERDAD AUNQUE incomoda, no deja de asomarse y ese es sin duda parte de lo que hoy estamos viendo como inermes espectadores mientras la clase política se pelea, ya hasta con descalificaciones personales, haciendo del Senado un circo, como se ha visto durante los últimos días.

MÁS ALLÁ AMIGO LECTOR, PENSAR si hay o no suficiente presencia militar en las calles de la ciudad, si su interacción es necesaria, si están capacitados, si volverán o no a los cuarteles, son temas que se han tratado desde hace varios años, y debemos reconocer que a pesar de todo sigue siendo el Ejército la única institución que despierta un verdadero respeto por parte de la población.

DE AHÍ SIN DUDA ES IMPORTANTE reflexionar si la imagen de las fuerzas armadas después de ser o tratar de ser un instrumento de legitimidad para los gobiernos, sufren o no desgaste en su imagen, en esa confianza ganada en base a una importante historia de honor y servicio al pueblo de México y a sus instituciones.

TODO ESTO DEBE SER PARTE DE las preguntas que pueden plantearse si valdrá la pena o no seguir aprovechando esto solo porque hay una crisis delictiva, y no tomar el tiempo necesario para que los gobiernos tengan la policía civil que sea objeto de verdadera confianza y honradez. ¿Usted que cree?

HASTA LA PRÓXIMA.