¿Qué esperaba usted de los actuales diputados? Sería iluso pensar que con una mayoría de legisladores verdes y ligados a la alianza oficial se vieran cambios históricos al interior de un carcomido congreso. Con tibios diputados de la disminuida oposición tampoco se podía esperar mucho.
Desfilan y desfilan los diputados por la pasarela cada tres años y nada mejora, solo cambian las máscaras y las mañas.
Muy pronto se fue un año y la actual legislatura ha demostrado ser servil hasta la medula, grisácea, intrascendente y eso sí, muy abusiva y buena para llegar acuerdos para repartirse los recursos públicos.
Se acabaron las voces que denunciaban la corrupción al interior del congreso y que cuestionaban fuertemente a los malos servidores públicos. Tal vez el caso del ex diputado Edgardo Hernández sea uno entre mil y en lugar de avanzar y contar en esta nueva legislatura con dos como él, se perdió totalmente esa disidencia. Un retroceso más.
Hoy solo se ve una cueva sometida, sumisa y callada.
¿Recuerdan lo que proponían los quince diputados cuando andaban en campaña pidiendo el voto? Duele decirlo, pero tal vez estos mal llamados representantes populares son el reflejo de una sociedad poco exigente, muy contemplativa y con una enorme tolerancia a la corrupción.
¿Quién lo diría?
El partido del presidente no ganó un solo distrito, pero se repartió tres de las diez diputaciones plurinominales y al parecer seguirán los pasos de sus antecesores, que tuvieron todo en sus manos para trascender, pero demostraron ser iguales a lo que tanto criticaron.
Los panistas llevan años atacándose y acabándose entre ellos, esto también se refleja en el congreso donde cada quién se va para donde le convenga y ofrecen su voto a diestra y siniestra, aunque cada vez con menor valor.
El PRI vive una debacle que amenaza hasta con la pérdida del registro para las próximas elecciones, pero los pocos diputados que tiene, se ven más ocupados en negociar su impunidad y salvar su cabeza que actuar como una verdadera oposición.
Vaya que tenemos un panorama por demás desalentador y un poder legislativo que más bien parece ser una dependencia del poder ejecutivo.