Miguel Ángel Guerrero | 31/08/2022 | 00:02
Con grandes pendientes ante los mexicanos este jueves primero de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador rendirá su cuarto informe anual de gobierno seguramente puesta en su preocupación por dejar a un heredero en el cargo, y con más pena que gloria en lo que se refiere a su desempeño como primer mandatario de la nación pues el país sigue inmerso en un baño de sangre y la recuperación económica de la que tanto presume en sus mañaneras nomás no se refleja en el bolsillo de los mexicanos.
Sin embargo, a pesar de que no ha logrado contener la inseguridad que campea por todos los rumbos de la geografía mexicana AMLO se muestra más empeñado en sacar adelante las obras incubadas en evidentes caprichos como las refinerías, el tren maya y el aeropuerto AIFA que en resolver los problemas realmente graves que aquejan a los mexicanos, principalmente el de la violencia y la inseguridad que se han asentado impunemente en estados como Guanajuato Zacatecas y Guerrero en los que las masacres de personas son cosas que diariamente ocurren.
Y seguramente los aires de la nostalgia por visualizar en el horizonte la pérdida del poder que deberá dejar el 2024, es por lo que su principal preocupación parece ser la designación del candidato de Morena a sucederlo pues ya es su tema principal como se nota en las mañaneras en las que siempre saca a relucir las cualidades de alguna de sus “corcholatas” como se llama a los aspirantes a relevarlo.
Aunque de acuerdo a las encuestas continúa con niveles aceptables de aprobación, esto se atribuye a las políticas públicas asistenciales basada en la entrega de apoyos económicos a adultos mayores y a sectores estudiantiles.
Por otra parte, si bien conquistó la presidencia con más de 30 millones de votos, AMLO no ha logrado afirmarse como el gran líder que pretendía ser debido en gran parte a su compulsión de culpar de todos los males nacionales a los medios de comunicación y a los sectores que no piensan como él o que mantienen posturas críticas sobre todo hacia sus propuestas sobre la inseguridad como esa de “abrazos y no balazos” a los delincuentes o la impropia de un presidente: “ fuchi caca” con las que ha despertado la decepción generalizada entre los mexicanos.
En este contexto, entonces, no ha generado mucho entusiasmo su rendición del cuarto informe porque ya se sabe que tratará de hacer ver que vivimos en “pejelandia” con base en los otros datos que él tiene, sea por Dios.
Pero, bueno, escucharemos y diremos.