Miércoles 13 de Noviembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

INTENTAR TAPAR UN DELITO COMETIENDO OTRO

Plano Informativo | 24/08/2022 | 16:37

La nueva legislatura que muy pronto se le fue un año, además de su gris desempeño, está en el ojo del huracán tras destaparse un nuevo escándalo. Resulta que alguien intentando cubrir un ilícito cometido en la pasada legislatura y con el fin de dar carpetazo a una denuncia, se le ocurrió la fabulosa idea de falsificar la firma, nada más y nada menos que de la ex diputada local y actual diputada federal Sonia Mendoza, que durante el primer año de la pasada legislatura fuera la presidenta de la mesa directiva del Congreso.
 
A inicios del 2019 se detectó que un asesor del diputado de Morena Edson Quintanar, Guillermo Balderas estaba cobrando por medio de honorarios 40 mil pesos y de pronto de manera ilegal, sin contar con ningún contrato firmado por la presidenta de la mesa directiva Sonia Mendoza empezó a cobrar 68 mil pesos mensuales, siendo avalado este acto por la Coordinadora de Finanzas Martha Elva Zuñiga, la cual estuvo pagando ese monto fuera de la ley. Un grupo de ciudadanos procedió con denuncias en la Fiscalía Anticorrupción y la Contraloría Interna del nefasto congreso. 
 
El pasado 9 de agosto del 2022 y obligada por una resolución de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública del Estado de San Luis Potosí (CEGAIP) Eréndira de la Luz Herrera, Oficial Mayor del Congreso del Estado entregó copia del tan cuestionado contrato, pero con la novedad que ahora ya aparece con la firma de Sonia Mendoza. 
 
Personalmente yo me reuní con la diputada Mendoza y le entregué copia del contrato. 
 
Al ver la ridícula falsificación, Sonia me aseguró que su firma estaba alterada y me mostró documentos notariados que soportan lo dicho por la diputada: ella jamás firmó ese contrato. Incluso también existe un informe ante la Auditoría Superior del Estado en 2020.
 
Cuando pensamos que aquel vergonzoso, aberrante e indignante suceso de hace tres legislaturas, cuando se descubrió que una red de diputados y empleados falsificaban firmas y utilizaban empresas fantasmas para embolsarse millones de pesos que estaban destinados para ayudar a gente de escasos recursos, aparece de nuevo este lamentable caso y se prenden las alarmas, porque al parecer pueden estar depurando denuncias y observaciones de la Auditoria Superior por medio de esta práctica.
 
 
Intentar tapar un delito cometiendo otro, es como pretender caminar en medio de arenas movedizas y lo único que lograrán será hundirse más. 
 
También la Contralora del Congreso Ana María Carreras Martell, está bien embarrada y la Oficial Mayor deberá declarar ante las autoridades correspondientes, quien falsificó la firma de Sonia Mendoza.