La Iglesia católica acusó una intensificación en la persecución contra sacerdotes de Nicaragua, presuntamente por cuestionar al régimen de Daniel Ortega, luego de reportar el arresto y “secuestro” del cura Óscar Benavidez, pues, pese a las denuncias, el gobierno no ha revelado donde lo tienen.
De acuerdo con la Diócesis de Siuna, el párroco fue interceptado por al menos tres patrullas de la Policía sandinista luego de que saliera de la iglesia al terminar de dar misa en Mulukukú, sin que se conozcan los motivos de su aprehensión, detalla La Razón.
Testimonios recabados por representantes religiosos dan cuenta de que el cura abordó un vehículo y cuando pretendía marcharse fue detenido por agentes antimotines, lo que evidencia que era vigilado, como ocurre desde hace días con otros curas en la nación.
Dichas acciones se dan mientras cinco sacerdotes, entre ellos el obispo de Matagalpa, están por cumplir dos semanas retenidos contra su voluntad en una iglesia de la zona, pues desde la primera semana de agosto el régimen de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, ordenó una vigilancia extrema sin que se revelara el motivo o por qué intentan reprender a los curas. Este asedio se realizó luego de que se reportara que el gobierno negó el permiso para una procesión cerca de la catedral.
Ante esta nueva escalada contra representantes de la Iglesia, que recuerda a la persecución contra políticos, luchadores sociales y comunicadores críticos, líderes católicos de Honduras y El Salvador externaron su solidaridad con los nicaragüenses al denunciar que dichas acciones representan una “guerra callada”, al acorralar a los sacerdotes.
Además, el gobierno ya cerró ocho radioemisoras y tres canales de televisión católicos; incluso se apropió algunas de las concesiones para tener más espacios de propaganda.