El Pailoìn del Diablo, una maravilla del mundo.
BanÞos es “El pedacito de cielo” de Ecuador ya que lo rodea una gran variedad de bellezas naturales entre las que se encuentran: montanÞas, aguas termales, cascadas y riìos, una increiìble vegetacioìn, un volcaìn activo llamado Tungurahua, tambieìn concentra una diversidad de aventuras extremas, posee una fantaìstica gastronomiìa y tiene muìltiples opciones en la vida nocturna. BanÞos definitivamente es una ciudad con grandes opciones para los turistas, sin embargo hay dos lugares que atraparon auìn maìs nuestra atencioìn.
Hoy en diìa este lugar es reconocido como uno de los iconos del turismo en Ecuador por su incomparable belleza; “El Pailoìn del Diablo”, es una cascada natural de 80 metros de altura y tres saltos de agua donde la mano del hombre logroì construir de manera impresionante y muy cerca de la cascada varias terrazas y escalones para ver la bajada del agua desde todas sus alturas.
El diìa que decidimos visitar esta maravilla habiìa una tormenta de agua lo cual no nos permitioì bajar hasta la ultima terraza ya que la uìltima grada se habiìa desprendido por la fuerza de la misma cascada. Presenciar este lugar desde su puente colgante es indescriptible, realmente fue adrenalina pura y esto lo hace definitivamente una maravilla del mundo.
¿A que ser humano no le gustariìa volar?, sentir esa sensacioìn de libertad y de como el viento puede golpearte en la cara, pues en este lugar en lo alto de una de sus montanÞas hay un aìrbol majestuoso y montado en la altura de su tronco; una casita de madera, esta es la famosa Casa del aìrbol donde en una de sus ramas cuelga un columpio largo, llamado el Columpio del fin del mundo. Eìste nombre le fue puesto por el fotoìgrafo Sean Hacker Teper al tomar una foto donde un hombre se columpia en el y la imagen aparece al mismo tiempo cuando el volcaìn Tungurahua haciìa erupcioìn. Esta fotografiìa fue ganadora de un “Merit Prize Winner” en National Geographic en 2014, la foto le dio la vuelta al mundo e hizo de este lugar otra parada obligada en BanÞos.
Gran parte de salir y conocer lugares espectaculares tambieìn viajar nos brinda la oportunidad de conocer personas, sus haìbitos y sus costumbres. En BanÞos no fue la excepcioìn. El Hotel de Mi Pueblo; donde nos hospedaìbamos, teniìa una terraza comunitaria que daba vista hacia la cascada de la virgen. La primer noche decidimos aduenÞarnos de ese lugar y sacar la baraja espanÞola que nos acompanÞoì durante todo el viaje y jugar el popular juego Conquian, de pronto alguien se sentoì en nuestra mesa curioso de ver lo que estaìbamos jugando, este personaje era Manuel, el duenÞo del hotel, con quien intercambiamos ideas poliìticas, culturales y sociales; de hecho, dicen que para conocer realmente una ciudad, hay que conocer a su gente, a su pueblo y Manuel estaba ahiì contaìndonos las historias que abrazan a la ciudad.
Antes de terminar no quiero dejar pasar esta experiencia gastronoìmica. Llegamos por coincidencia a un lugar llamado Gelato Mix, y gustosos de un helado nunca imaginamos que probariìamos el mix perfecto. Helados con queso, aunque suene extranÞo, existe esta combinacioìn y en BanÞos son todo un eìxito.
Continuaraì...
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