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Es Petro primer Presidente de izquierda en Colombia

EFE | 07/08/2022 | 16:11

Gustavo Petro se convirtió este domingo en el primer Presidente de izquierda en la historia de Colombia al asumir el poder en una ceremonia en la capital, Bogotá. 
 
 De traje azul y con corbata, Petro caminó por las calles del centro de Bogotá de la mano de su esposa, Verónica Alcocer García. Petro fue juramentado por el presidente del Congreso, Roy Barreras, después de que se entonara el himno nacional colombiano.
 
María José Pizarro, hija del ex guerrillero líder de la M-19 a la que perteneció Petro y candidato presidencial asesinado Carlos Pizarro, le colocó la banda presidencial al nuevo Mandatario mientras los espectadores gritaban "sí se pudo" y el Ejército tiraba salvas de celebración.
 
 Petro, un ex guerrillero y economista que comandará a las Fuerzas Armadas que por décadas han combatido a los grupos ilegales, tiene como retos inmediatos la creciente violencia que ha cobrado la vida de más de 560 defensores de derechos humanos desde 2016, la inflación más alta de las últimas dos décadas y la búsqueda de consensos en un país dividido.
 
 Varios sectores temen verse afectados por su objetivo de llevar adelante reformas en el agro, la producción energética, la policía, las pensiones y la recaudación de impuestos. Pero entre sus votantes hay esperanza: Petro les prometió una nación con menos desigualdad, que garantizará los derechos de todos sus ciudadanos -especialmente de los más vulnerables- y que dará prioridad al medio ambiente.
 
Celebran ciudadanos en Bogotá: 'Sí se pudo' 
 
 La Plaza de Bolívar donde se realizó la ceremonia de investidura estuvo dividida en dos: en la primera parte se ubicaron representantes de varios países - entre ellos el Rey Felipe VI de España y los presidentes de Chile, Paraguay, Ecuador y Costa Rica - y en la segunda los ciudadanos.
 
 La diversidad cultural de Colombia estuvo reflejada en la ceremonia de posesión y en la antesala, en la que decenas de artistas interpretaron ritmos nacionales en los parques del centro de la ciudad.
 
 Ataviado con el traje tradicional del pueblo indígena guambiano, de sombrero de ala corta y un traje de lanilla azul, Luis Alberto Tombe Cantero, asiste a la posesión de Petro y le pide verdadera inclusión política y territorial.
 
 "Es la primera vez que una posesión presidencial la acompaña realmente la base o el pueblo nos sentimos homenajeados de hacer parte", dijo desde la Plaza de Bolívar, a la que pudieron acceder los ciudadanos rompiendo la tradición de una ceremonia privada.
 
 Organizaciones feministas, de izquierda, indígenas y sociales de todo el país atendieron el llamado de acompañar la asunción.
 
 "¡Sí se pudo... libertad, libertad!", gritaban algunos. Frente al Palacio de Justicia, donde confluyen las cortes, un grupo de jóvenes decían representar la "resistencia" de Cali, al suroeste, que se consolidó como el epicentro de las protestas masivas de 2021 contra las políticas del saliente presidente Iván Duque.
 
 Antes de la asunción oficial, Petro asistió a varias ceremonias simbólicas. En la Sierra Nevada de Santa Marta, al norte del país, los indígenas aruhacos le dieron su "bendición". Uno de los mamos -la máxima jerarquía de la comunidad- le pidió dar respuesta a las demandas de la sociedad y le entregó un bastón que representa la sabiduría.
 
Las expectativas de su Gobierno y sus promesas 
 
 En su juventud Petro militó en la guerrilla nacionalista M-19, que abandonó las armas en 1991 luego de firmar un acuerdo paz con el Estado.
 
 Petro encarna a una izquierda que ha sido marginada y en ocasiones estigmatizada por el peso de cinco décadas de un conflicto armado interno que dejó 50 mil 770 personas secuestradas, 121 mil 768 desaparecidas, 450 mil 664 asesinadas y 7.7 millones desplazadas forzosamente, según la Comisión de la Verdad.
 
 Aunque desde hace cinco años el país atraviesa una etapa de posconflicto tras la firma del acuerdo de paz entre el Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -la que fuera la guerrilla más antigua de Latinoamérica-, el pacto no puso fin a la violencia.
 Petro aspira a lograr una "paz total" que implica el sometimiento a la justicia de las bandas criminales que se alimentan del narcotráfico -como el Clan del Golfo- y la reanudación de las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa en el país.
 
 El economista, que se suma a una ola de presidentes de izquierda y progresistas de la región, buscaría estrechar lazos con sus vecinos y especialmente con Venezuela, país con el que Colombia rompió relaciones en 2019.
 
 En el empresariado y los mercados hay gran expectativa por el contenido de la reforma tributaria y otras medidas, como la posible suspensión del otorgamiento de licencias mineras y de exploración petrolera con el objetivo de acelerar la transición energética. El sector energético aporta alrededor del 18% de los ingresos fiscales de la nación y está en el primer renglón de las exportaciones.
 
 Ricardo Triana, director ejecutivo del Consejo de Empresas Americanas -que agrupa a más de 100 compañías estadounidenses en 17 sectores-, aseguró que en una reunión previa a su elección Petro les prometió que respetaría los contratos ya firmados y que no correrían peligro las inversiones en marcha.