La Policía Nacional de Nicaragua informó ayer que abrió una investigación contra el Obispo Rolando Álvarez, un crítico del Gobierno de Daniel Ortega, cuya residencia fue cercada desde el jueves por agentes antimotines.
En un comunicado, las autoridades señalaron que el líder religioso se ha aprovechado de su condición para organizar, incitar y ejecutar actos de odio contra la población.
"(Esto) ha provocado un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz, la armonía en la comunidad, con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales", aseveraron.
"Las personas investigadas se mantendrán en sus casas".
El prelado, de 55 años, comenzó a ser hostigado el jueves por los agentes tras alzar la voz contra el cierre de varias emisoras católicas y el hostigamiento que dijo existe contra la Iglesia católica.
Ayer, Álvarez ofició una misa desde su residencia en donde dijo permanece con seis sacerdotes y seis laicos.
"A pesar de esta situación, nosotros mantenemos nuestra fuerza y paz interior porque somos hombres y mujeres con capacidad de diálogo, de concordia, de entendimiento y de paz", subrayó.
Más temprano, el diputado sandinista Wilfredo Navarro, uno de los directivos del Parlamento, acusó a Álvarez de dirigir junto con otros curas el fallido golpe de Estado, en alusión a las protestas sociales de 2018 que pusieron en jaque al régimen de Ortega.
Desde entonces, los sacerdotes de ese país han sido fuertemente criticados por el Gobierno sandinista al haber dado refugio a los movilizados que resultaron heridos o huían de la represión.
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