Miguel Ángel Guerrero | 22/07/2022 | 03:47
Debe decirse, y reconocerse, que la percepción de inseguridad entre los habitantes de la capital potosina no es algo nuevo ni exclusivo de San Luis Potosí pues se trata de una sensación generalizada en todo el país desde que los cárteles del crimen organizado extendieron su dominio a todos los estados.
Como lo apuntan expertos en el crecimiento del fenómeno de la inseguridad entre los mexicanos la percepción de sentirse inseguros en casi todas las capitales estatales detonó desde el inicio del sexenio presidencial de Felipe Calderón Hinojosa y fundamentalmente a partir de su absurda declaratoria de guerra al narco que dejó como saldo aproximadamente 200 mil muertos por todos los rumbos del territorio nacional con lo que el crimen organizado hizo sentir su poderío al gobierno y a las corporaciones policiacas que nunca pudieron ni supieron hacerle frente.
Como se recuerda, a partir del régimen calderonista las balaceras callejeras entre grupos delictivos antagónicos se sucedían día tras días en todas partes incluyendo la capital potosina que llegó a registrar incursiones de comandos armados hasta la zona de plaza de los Fundadores y la configuración de versiones de complacencias de funcionarios para facilitarles el control de la ciudad a lo que se agregaron brutales asesinatos de importantes jefes policiacos y posteriores balaceras en diversas partes de la zona metropolitana, lo que desde entonces fue abonando para la instalación de un buen grado de percepción de inseguridad entre los potosinos.
Ante la aparición de este fenómeno hubo quienes, como el entonces gobernador Marcelo de los Santos que en los niveles de jurisdicciones encontró la manera de zafarse del disparo de esa sensación pues ante los delitos cometidos por el crimen organizado con la mano en la cintura descargaba al gobierno de cualquier responsabilidad al señalar que eran de competencia federal si se había hecho uso de armas prohibidas.
Ya en el toranzato y como consecuencia de las presuntas facilidades de funcionarios estatales para que el crimen organizado extendiera sus dominios y se diversificara se inició la práctica de demandar el auxilio del ejército en el combate a la inseguridad pública que, aunque se autorizó, no fue suficiente para erradicar a los cárteles, delincuenciales principales generadores de la violencia y autores de los delitos que hacen sentir insegura a la gente de vivir en su ciudad, lo que, reiteramos no es únicamente propio de la capital potosina sino de todos los que habitan las ciudades de todo el país y peor por ese sentimiento de indefensión que acentúan expresiones del principal responsable de la seguridad de México como es el presidente AMLO como esa de pedir abrazos, no balazos para los delincuentes, lo que lleva a concluir a que así cualquiera tiene la percepción de inseguridad donde sea que viva dentro del territorio nacional lo que no es, insistimos, algo nuevo toda vez que las causas se originaron hace algunos años y pretender darles un tinte local es buscarle tres pies al gato con una intención injusta o dolosa.