La decadencia de las personas

La decadencia de las personas que vivimos en esta gran País, es cada día más evidente. Todos tenemos parte de culpa en este andar en retroceso político y social, del que queremos salir y, no, del que nos quejamos, pero, no hacemos lo suficiente para realmente resolver nuestros problemas. Lo económico, en pesos y centavos es el común denominador, aunado al poder político que da la “democracia”

Hemos construido un Frankestein, un amasijó con deformidades complicadas y, disfrazadas con regiones diferentes, que si las hay, en sus costumbres o, tradiciones, finalmente, todos necesitamos lo necesario para sobre vivir y, ello se convierte en lo que nos va identificando en nuestras acciones independientemente de las culturas y etnias en Mexico.

La forma de progresar, no puede ser otra que la de una sociedad equilibrada con altura de miras en todos su sectores, privados o, públicos. En los días que transcurren, no tenemos nada de eso, nos convertimos, algunos, en el tablero de ajedrez, otros en los peones del mismo pero, jamás, el pueblo bueno y sabio, podríamos aspirar, tan siquiera a ser parte de las piezas importantes, siempre estaremos en la linea de fuego, en al que somos los que perdemos siempre. Para colmo de males, nos peleamos como en las guerras: defendiendo personas que no nos conocen, ni conocemos pero entre los que mandan si se conocen y muy bien.

Los escándalos de espionaje telefónico, no se detienen. Recientemente marcados por las grabaciones del Fiscal General y, sigue o con los del presidente Nacional del PRI. Ahora en la revancha, es el sobrino de la Gobernadora de Campeche. Todos acusándose de charlas que constituyen delitos pero, impunes, por cierto. Son temas ilegales. La estercolara política, salpica todos lados. Que pena.

La preocupación de sentirnos vulnerados en nuestras vidas privadas es muy alta. Las personas que en cualquier llamada hablen de temas delicados para los que intervienen, es ya, de una alta desconfianza. Los sistemas de espionaje de alta gama son usados en contra de todos y todo. La condición: sujetar a los demás. ¿La aplicación de la ley? En espera.

Tantas leyes y reglamentos quebrantados y violentados, favoreciendo al impunidad que realmente da miedo que caigamos en un autoritarismo, lo cual no sentiremos hasta que se haya perdido lo que con enorme esfuerzo construimos.

Pero ¿no deberíamos ser los ciudadanos, mujeres y hombres, quienes deberíamos ser los más cumplidos? Somos la inmensa mayoría y de entrada mejoraríamos enormemente nuestra convivencia. Cumpliendo, tendríamos la obligación de la exigencia frente a quienes aplican la ley.

Ya no podemos seguir así, perderíamos todos. Un día común, nos enteramos cómo crecen los muertos, sea por causas de salud o, sea por causas de violencia. Robos comunes o de orden federal, nada de eso se detiene. Esto se tiene que parar, seguir así es insano. Nada bueno esperemos si no hay una convicción ciudadana guiada por el civismo.

@jaimechalita