La brecha entre la economía mexicana y la de Estados Unidos, es decir, la situación de desventaja en los ingresos de los trabajadores y sus familias, se volvió más aguda por la pandemia del Covid-19.
De acuerdo con el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), esta brecha ocasionó que en 2020 y 2021 los receptores de remesas en el País necesitaran un mayor apoyo de sus familiares migrantes en Estados Unidos.
Esa mayor necesidad se originó tras el debilitamiento de las otras fuentes de ingreso de ese grupo por el impacto que tuvo el Covid-19 en la actividad económica, además de que un segmento de las personas y hogares receptores de remesas tuvieron que incurrir en gastos de salud y funerarios.
"La mayor aportación que hicieron los migrantes mexicanos al gasto de los hogares de sus familiares en México refleja un aspecto fundamental de las remesas que es contribuir a compensar la situación de desventaja de ingresos de sus familiares.
"Tal desventaja se agudizó en 2020 por la referida severa caída de la actividad económica y de los ingresos de los hogares, que no fue compensada por la insuficiente recuperación registrada en 2021.
De esa manera, la brecha entre la economía mexicana y la norteamericana y entre sus productos per cápita se amplió en esos dos años", indicó el Cemla.
Los efectos económicos de la pandemia se adicionaron en México a un deterioro que ya registraba el producto per cápita, añadió.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, más de 50.8 millones de adultos en el País tuvieron una afectación económica como consecuencia de la pandemia, cifra representó el 56.3 por ciento del total de los 90.3 millones de adultos.
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