Cuando están en campaña y pidiendo el voto, todos los políticos aseguran tener las soluciones a los problemas y aseguran que sus estrategias tendrán resultados. Nuestro país vive momentos terribles y con el paso de los sexenios nos damos cuenta que en lugar de avanzar en el tema de la seguridad la situación empeora.
En su momento Felipe Calderón declaró la guerra al narco, pero faltó legislar la misma antes de haberla iniciado y además se generaron incontables daños colaterales. Con Peña Nieto se dijo que, con la implementación del Programa Nacional de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, atendería la descomposición del tejido social y al final ese gran cambio fue solo en la retórica, no en la sustancia. No hubo cambio en la estrategia.
Actualmente, el mandatario Andrés Manuel López Obrador sigue defendiendo su estrategia de “abrazos no balazos” y que a pesar que se han reído de ella, asegura que puede demostrar que "es lo mejor”. Definitivamente algo no está funcionando y es urgente hacer adecuaciones a esa estrategia, ya que el crimen organizado sigue creciendo y diversificándose, es un fenómeno que de no atenderse y tratar de erradicarlo se convertirá en un cáncer que es capaz de acabar con las estructuras del estado, dejando vulnerable a la población en general como ahora se ha empezado a percibir. Se tiene que atender el tejido social pero también combatir a los delincuentes y su flujo financiero.
La potosina Rosa Icela Rodríguez que preside la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana no ha dado resultados y seguirá viviendo en su mundo irreal, asegurando que todo marcha bien mientras el país se vuelve más inseguro.
EL RETORNO AL OSCURANTISMO
Respecto al tema de la transparencia, en San Luis Potosí estamos viviendo una regresión histórica. El gobierno estatal se la ha pasado ocultando la gran mayoría de contratos de obras importantes, así como la compra de patrullas para la Guardia Civil y al parecer el Oficial Mayor Noé Lara, está empeñado en retomar lo que hace años hizo, para intentar ocultar el escabroso y emblemático caso de Sandra Sánchez Ruíz.
La Auditoría Superior del Estado no canta mal las rancheras y se ha negado a transparentar el reparto mensual de 753 mil pesos que hace entre las altas esferas como “compensación”, la Fiscalía General oculta contratos y otros que publica, lo hace de una forma tan burda para no mostrar información clave que por ley debería, recurre a argumentos realmente ridículos y partidos políticos como el del Trabajo y Morena mantienen en sus mazmorras bien ocultos todos los gastos que realizan mes con mes.
¿Y EL DINERO DE LAS MULTAS?
Las fallas que acumulan los ductos de El Realito suman ya cuarenta y tres en su historia y la empresa española Aqualia durante este lapso ha recibido diversas multas, pero públicamente se desconoce el monto total y qué es lo que han hecho las autoridades correspondientes con estos millones de pesos. Ya se tardaron en la Comisión Estatal del Agua en dar a conocer este dato y en aplicar acciones que puedan solucionar el problema de fondo.
