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Indigna barbarie contra sacerdotes

Agencia Reforma | 22/06/2022 | 08:30

Los sacerdotes jesuitas Javier Campos, de 79 años, y Joaquín Mora, de 80, asentados por décadas en la Sierra Tarahumara, fueron asesinados en su parroquia del pueblo de Cerocahui, por un grupo criminal que también ejecutó a un guía de turistas.
 
El grupo plagió además a cuatro personas, entre ellas un menor de edad, y se llevó los cuerpos de los asesinados.
 
Los hechos, ocurridos el lunes a las 13:00 horas, desataron una gran indignación, no sólo entre comunidades religiosas sino en el ámbito político y académico.
 
"La Sierra Tarahumara, como muchas otras regiones del País, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas.
 
"Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como hoy fueron asesinados nuestros hermanos", expresó en un comunicado la Compañía de Jesús. 
 
"Los jesuitas de México no callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad", añadió.
 
El sacerdote jesuita Javier Ávila, de la Diócesis de la Tarahumara, reveló ayer que se enteró el lunes de los homicidios, pero guardó silencio porque había amenazas contra la comunidad, y por ello la noticia se esparció hasta el martes en la madrugada.
 
"Ya no puedo callar y necesito compartirles mi dolor... lo tuve que callar porque había amenazas sobre la comunidad si acaso hablaban", lamentó Ávila.
 
El grupo criminal, identificado con "Los Salazar", vinculado al Cártel de Sinaloa, había plagiado en el Hotel Misión a Pedro Heliodoro Palma, un guía de turistas de la comunidad, y lo llevó a la Parroquia San Francisco Javier para que se "despidiera", pero al parecer intentó escapar y fue asesinado a balazos.
 
"Uno de los sacerdotes se acercó inmediatamente a prestarle auxilios espirituales, y al momento que le estaba prestando los servicios espirituales, esta persona le disparó y lo victimó.
 
"Otro de los sacerdotes quiso auxiliarlo y fue también atacado a balazos", relató Ávila.
 
Tras matar a los tres, el presunto agresor, identificado como José Noriel Portillo, alias "El Chueco", se llevó los cuerpos y hasta ahora permanecen como desaparecidos. Además, sus cómplices secuestraron en su casa a dos hombres, una mujer y un menor de edad.
 
Cerocahui, ubicado en el Municipio de Urique, es parte del trayecto del tren turístico Chepe, que atraviesa la Sierra Tarahumara hasta llegar a Los Mochis, Sinaloa. 
 
La Compañía de Jesús documenta desde 1601 su presencia en la región y hace 50 años rehizo su labor fundamentada en la opción por los indígenas con apoyo a las comunidades rarámuris.
 
La Fiscalía General de Chihuahua no ha detallado la relación entre el plagio de las cuatro personas y el triple asesinato en la iglesia.
 
Tras los hechos en Cerocahui fue desplegado un operativo conjunto en el que participan elementos de la Agencia Estatal de Investigación, Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Guardia Nacional y Ejército Mexicano, quienes han efectuado patrullajes que se han extendido a poblados, rancherías y caminos vecinales de la zona.
 
Hasta anoche no había detenidos.
 
"En medio de tanta muerte y crimen que se vive en el País, condenamos públicamente esta tragedia... la situación de violencia en el País es preocupante. Suplicamos y oramos por el fin de la violencia en México", indicaron en un comunicado el Arzobispo Rogelio Cabrera y el Obispo Ramón Castro, presidente y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano.