Unidades antidisturbios de la Policía de Ecuador arremetieron la noche de este martes contra cientos de indígenas que habían llegado al campus de la Universidad Central (Estatal) de Quito, en el marco del paro nacional indefinido contra la política económica del Gobierno.
En el noveno día de la movilización, la capital ecuatoriana sufrió una jornada de fuertes enfrentamientos entre agentes y manifestantes, en el marco también de un segundo estado de excepción decretado por el presidente de la República, Guillermo Lasso, para intentar frenar las protestas en su contra.
La Policía usó abundante gas lacrimógeno contra estudiantes e indígenas que el lunes llegaron a los predios de la Universidad Central, convertidos por sus autoridades como centro de acogida de campesinos, sobre todo mujeres y niños, y declarada "zona de paz".
Varios dirigentes indígenas que allí se encontraban se replegaron por minutos y denunciaron que la arremetida de la Policía se produjo en un momento en que muchos campesinos efectuaban el ritual del Inti Raimy (Fiesta del Sol, en quichua), que se celebra en el solsticio de verano.
Además, denunciaron que el lanzamiento de bombas lacrimógenas al interior de los predios del centro académico se produjo en un momento en que muchas madres y niños campesinos recibían atenciones sanitarias y alimentarias de grupos sociales que se han solidarizado con los manifestantes.
La arremetida policial se produjo también en momentos en que se esperaba un pronunciamiento del líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Leonidas Iza, sobre la posibilidad de abrir un espacio de diálogo entre ese movimiento y el Gobierno.
Las movilizaciones, que también se ha producido en otras provincias del país, en Quito fueron reprimidas con dureza en torno al parque de El Arbolito y la vecina Casa de la Cultura Ecuatoriana, un complejo que suele ser usado por los manifestantes, pero que ahora está tomada por la fuerza pública.
Asimismo fueron duras las protestas en torno a la Universidad Politécnica Salesiana y la Politécnica Nacional.
En ese sector, la Policía también lanzó gas lacrimógeno y balas de goma, lo que ha generado una airada reacción de los grupos defensores de derechos humanos.
Los manifestantes, por su parte, han echado mano de piedras y palos y se han defendido con escudos elaborados de latón, así como acciones de fuerza en la zonade la Universidad Católica, donde han roto una puerta de acceso.
Durante toda la jornada se ha podido observar el sobrevuelo constante de helicópteros del Ejército y la Policía, así como el accionar de grupos de paramédicos voluntarios que han socorrido a varios manifestantes heridos, algunos de ellos con impactos de bala de goma.
Los indígenas exigen que se derogue el estado de excepción decretado por el Gobierno en seis provincias para frenar las protestas y que cese la represión para propiciar un espacio de diálogo sobre los diez puntos que integra el pliego de peticiones que ha presentado la Conaie.
Entre las demandas se incluyen la congelación y reducción de los precios de los combustibles, el control de precios de los productos de primera necesidad, impedir las privatizaciones y evitar la flexibilización laboral, entre otros.