Formada en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, la violonchelista Sandra Rojas Estrada vive desde hace siete años en Italia. Allá cursó una maestría y ha comenzado a trabajar como una artista que busca un cambio social.
Se ha integrado a ensambles y orquestas, pero también ha empezado a enseñar música a jóvenes italianos en situación vulnerable.
El domingo pasado, la artista nacida en Nuevo Laredo recibió el reconocimiento Mujer 2022 de la Universum International Academy, organización civil italiana que fomenta los derechos humanos.
En la ceremonia, Sandra, de 32 años, agradeció en su discurso a quienes han creído en ella desde que llegó a Italia y recordó una parte que, a lo lejos, le duele de México.
"Hoy, al recibir este premio como Mujer 2022, mi pensamiento va, sobre todo, a las 155 mujeres que en este año fueron víctimas de feminicidio en mi País", expuso.
"A las mujeres valientes que buscan con esperanza respuestas y justicia. A las madres de mujeres desaparecidas. A las hijas, a las amigas, a las jóvenes que escogieron no seguir la moda y vivir su juventud sacrificando hasta la forma de vestir por miedo a exponerse".
El reconocimiento fue otorgado a 10 mujeres, de una lista de nominadas, de diferentes nacionalidades y expertas en diversos campos, como literatura, política, danza y periodismo.
La mexicana fue elegida en la categoría de música clásica.
En entrevista vía Zoom, Sandra contó que comenzó a estudiar música en la Superior a los 16 años, edad considerada avanzada para el instrumento. Bajo la guía de la maestra Temenuzhka Todorova Ostreva pudo avanzar a un nivel profesional en poco tiempo.
Al graduarse decidió viajar a Italia para estudiar la maestría en Alta Formación en Violonchelo, en el Conservatorio L. D'Annunzio, de Pescara.
Da clases en varias instituciones, entre ellas, la sede en Italia del Sistema Método Abreu, modelo venezolano que apoya a los jóvenes para alejarse de ambientes difíciles a través de la música.
"Se tiene que tener una relación muy cercana con el muchacho porque vienen de zonas de alto nivel de delincuencia y ellos tienen que aprender a confiar en ti, y uno tiene que ayudarlos a crecer moralmente y ayudarlos a integrarse a la sociedad.
"El Sistema enseña que no es enseñarles música, sino enseñarles que se puede convivir en una sociedad con otros músicos, con otras personas, con otra disciplina. Es formar valores".
Aunque está lejos de México, conoce la realidad que muchas mujeres viven.
"Una amiga me llama a veces en la mañana, a las siete, cuando va al trabajo, y me dice: '¿estás despierta? Déjame te marco para que me acompañes en el Uber para que vea el conductor que estoy en contacto con alguien'.
"Aunque esté lejos, vivo como si estuviera allá, lo vivo con mi hermana, mis primas, mis amigas. Aquí son raros los casos de feminicidios o maltrato familiar".
Actualmente, Sandra reside en Ripa Teatina y está cumpliendo uno de sus sueños: vivir de la música en un país que no es el suyo.
