Viernes 19 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.
negocios

Acaba guerra con libre comercio para la energía

Agencia Reforma | 06/06/2022 | 14:02

El ataque de Rusia a Ucrania está reconfigurando el mapa energético del mundo, al abrirle la puerta a una nueva era en la que el flujo de combustibles fósiles se ve influido por rivalidades geopolíticas tanto como por la oferta y la demanda.
 
Durante el último medio siglo, el petróleo y el gas natural se han movido con relativa libertad a los mercados donde se vendían a los precios más altos en todo el mundo. Eso llegó abruptamente a su fin cuando tanques rusos cruzaron estruendosamente la frontera ucraniana el 24 de febrero, lo que desencadenó una avalancha de sanciones comerciales por parte de Estados Unidos y Europa contra Rusia que han sumido en el caos al comercio global.
 
Esta semana, la Unión Europea acordó sus sanciones más severas hasta la fecha contra Rusia, al prohibir las importaciones de su petróleo e impedir que aseguradoras cubran los cargamentos de crudo de ese país.
 
El nuevo orden que surja no quedará del todo claro en los próximos años. Pero comerciantes, diplomáticos y otros expertos en geopolítica energética coinciden en que estará más balcanizado, y tendrá menos libre circulación, de lo que ha visto el mundo desde que acabó la Guerra Fría.
 
Están emergiendo tres posibles ejes de influencia en el sector energético: Estados Unidos y otras naciones occidentales, que han usado su masivo poder económico y de compra como arma política; China y grandes naciones emergentes como India, Turquía y Vietnam, que han resistido la presión occidental y no han dejado de hacer negocios con Rusia, y Arabia Saudita y otras naciones productoras de petróleo de Medio Oriente, que han buscado mantener la neutralidad y que podrían posicionarse para ganar participación de mercado en años venideros.
 
"Estamos en un verdadero punto de inflexión de la historia", dijo Chas Freeman, ex Embajador de EU en Arabia Saudita. Freeman, quien ahora es investigador senior en la Universidad Brown, aseveró que Europa no puede volver a confiar en que Rusia sea su principal proveedor de energía, y que incluso si se levantan las sanciones, los países proponen ahora costosa infraestructura nueva y respaldan contratos de suministro alternativo a largo plazo que fijarán el nuevo mapa energético.
 
El nuevo orden promete hacer que el comercio de la energía sea menos eficiente y más caro, al poner potencialmente a los commodities al centro de la siguiente crisis económica global, apuntó Zoltan Pozsar, ex funcionario en el Departamento del Tesoro quien ahora dirige la estrategia de tasas de interés a corto plazo en Credit Suisse Group AG.
 
Muchos pronostican que la industria energética rusa, la columna vertebral de su economía, se contraerá debido a que la pérdida de su mercado más grande no puede ser sustituida por completo. Sanciones financieras y tecnológicas de Occidente socavarán la habilidad de Rusia para mantener los niveles actuales de ingreso y producción, señalan estas personas.
 
Pero el nuevo mapa no está libre de riesgos para el poder estadounidense y la postura del país como garante del comercio global. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el dólar ha sido la divisa por default para las transacciones petroleras, lo que ha ayudado a mantener su papel crucial para la economía global.
 
Ahora, Arabia Saudita, India y otros países en desarrollo exploran llevar a cabo transacciones de energía en otras divisas. Del mismo modo, Rusia ha empezado a buscar pago en rublos por la venta de sus combustibles fósiles.
 
"Tal vez hayamos tenido buenos motivos, pero EU ha politizado el comercio de la energía", señaló Freeman.
 
'Apuntalamiento de amigos'
La geopolítica y la energía siempre han estado vinculadas, y las sanciones estadounidenses contra Irán y Venezuela han trastornado el flujo global del petróleo en años recientes. Pero desde que terminó el embargo petrolero árabe de principios de los 70, el comercio relativamente libre de commodities, respaldado por el poderío militar y financiero de EU, ha sido un sello distintivo del sistema internacional.
 
Ahora, eso está cambiando. Durante un discurso en abril, Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de EU, dijo que a raíz de la invasión rusa, era momento de rediseñar Bretton Woods, el sistema de reglas comerciales adoptadas en 1944 que daba prioridad a la eficiencia económica y a la cooperación internacional. Yellen abogó por cadenas de suministro de materias primas cruciales basadas en "friend-shoring", o apuntalamiento de amigos, al profundizar los lazos comerciales con "un grupo de países con una fuerte adhesión a un conjunto de normas y valores".
 
Los flujos comerciales ya están siendo redireccionados al tiempo que compañías de energía occidentales se retiran de Rusia y que transportistas, prestamistas y aseguradoras se niegan a tocar las exportaciones rusas.
 
El retorno saudita
Los productores de Medio Oriente se perfilan para ser ganadores en el mapa energético emergente.
 
Arabia Saudita y otros Estados del Golfo habían estado bajo presión para diversificarse y alejarse de los combustibles fósiles en años recientes debido a crecientes preocupaciones globales sobre el cambio climático. Pero el Presidente Joe Biden instó al reino a perforar más en el periodo que precedió a la guerra, un giro radical de su campaña presidencial, cuando llamó paria a dicha nación.
 
El gigante energético estatal Saudi Arabian Oil Co., conocido como Saudi Aramco, ya está recibiendo más peticiones de su crudo por parte de compradores de Europa. De forma más general, funcionarios sauditas señalan que la guerra ha mostrado que los objetivos agresivos para disminuir las emisiones de carbono al reducir rápidamente el consumo de combustibles fósiles no eran realistas.
 
Reto para Rusia
El nuevo imperativo de Rusia es profundizar lazos con Asia, y sobre todo con China, para compensar la pérdida inminente de su mercado europeo.
 
Un giro de ese tipo resulta particularmente necesario para las exportaciones de gas natural de Rusia, que son menos fungibles que su petróleo, y que requerirá del desarrollo masivo de infraestructura para encontrar un nuevo hogar. Rusia exportó anteriormente hasta 200 mil millones de metros cúbicos de gas al año a Europa, por mucho su mercado más grande. El año pasado le vendió alrededor de 33 mil millones de metros cúbicos a Asia.
 
Rusia tiene un par de propuestas para gasoductos y proyectos de gas natural licuado, que convierte el gas a un líquido lo cual posibilita su comercio marítimo, lo que aumentarían su habilidad para enviar gas a Asia, pero muchos de los proyectos son técnicamente desafiantes y costosos, y las sanciones occidentales obstaculizarán su progreso, señalan analistas.
 
Pero es poco probable que los compradores asiáticos reemplacen por completo a Europa como mercado para el petróleo y el gas rusos a largo plazo, apuntan analistas y comerciantes.