Jueves 18 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

¿Por qué la gente tiene miedo?

Lupillo González | 01/06/2022 | 10:09

La pregunta que hago no está enfocada al tema de la inseguridad, si no con la situación que se vive a lo largo y a lo ancho del país, donde la ciudadanía vive graves problemas en los servicios públicos, pero se muere de miedo para exigir soluciones a las autoridades. Y lo digo con amplio conocimiento de causa. Mucha gente me contacta o me comenta sobre diversos problemas que tiene en su colonia o municipio, me exponen su situación y cuando les comento que hacer o con quién dirigirse, me indican que sienten miedo y que mejor dejarán las cosas como están. Si la sociedad siente temor por las autoridades, entonces el reto es mayúsculo.

 

Somos una sociedad temerosa, muy poco exigente y muy desinformada. Pero también es importante cuestionarnos, ¿Tenemos miedo o tenemos apatía? Los mandatarios y servidores públicos son los empleados de la ciudadanía, ellos reciben un sueldo que proviene de los impuestos que de mil formas paga la gente. Están obligados a dar respuestas, atención y a realizar acciones para solucionar problemas, sin embargo, el distanciamiento entre autoridades y la gente es evidente. 

 

El trabajo en casa es fundamental, ya que las primeras etapas de formación y educación son cruciales para enseñarnos a no tolerar injusticias, a no ser conformistas y a exigir a nuestras autoridades a dar soluciones. Así podemos revertir la apatía y pasividad. También través de la educación, por medio de formadores y el apoyo del Estado, de la academia y de las organizaciones sociales se puede llegar a la consolidación de una ciudadanía responsable y exigente.

 

Mientras la gente tenga miedo de exigir y siga inerme, seremos una ciudadanía incompleta, una donde las personas no saben cabalmente sus derechos y obligaciones.

 

Cuando nos organizamos como ciudadanía, empezando con nuestros vecinos, las autoridades van a atender más pronto las quejas para que se solucionen problemas como la falta de agua, alumbrado y seguridad, así como para reparar las calles y avenidas o atender correctamente en los hospitales públicos. Pero si nos callamos, sentimos miedo y no hacemos nada, entonces los problemas se agudizan y menos se solucionan las cosas. Lo que también es terrible es la apatía y el conformismo. Los casos de éxito sobran, que demuestran que se pueden obtener buenos resultados cuando la gente se organiza y hace a un lado miedos, temores y apatías.