El gran engaño

La Fiscalía General de Justicia del estado por lo visto, está a punto de perder una oportunidad histórica y se le esfuma recuperar un poco del desprestigio con el que carga.

Hemos escuchado hasta el cansancio que la “herencia maldita” del sexenio pasado le hizo un enorme daño a los potosinos y que se combatiría con seriedad el terrible daño a los recursos públicos, que no habría impunidad y que incluso se iría contra toda la red que operó durante los pasados seis años. Tan solo en los servicios de salud, se tienen observaciones sin solventar, que acumulan fácilmente los mil millones de pesos. 

Se pensaba que esta vez sí se iría en serio y el combate a la corrupción no conocería intocables. Muy poco nos duró a los potosinos esa ingenua ilusión. A los ex secretarios de salud y sus secuaces, la Fiscalía los acusó por solo 52 millones de pesos, pero el daño es, de mínimo mil millones de pesos. José Luis Ruíz Contreras ya anunció que es muy posible que en los próximos días salgan libres, porque han estado devolviendo el dinero. 

En los servicios de salud, insisto, operó una red con la anuencia desde muy arriba, ahí se utilizaron empresas fantasmas, se robaron identidades, se simuló la entrega de productos, se simularon los procesos de compra, se desvió dinero y se produjo un daño enorme que hoy huele cada vez a impunidad. 

La Fiscalía General de Justicia cuenta con mucha información si realmente quisiera ir a fondo, incluso la Unidad de Inteligencia Financiera del SAT puede proporcionarle todo el rastro del dinero público que por millones se depositó en cuentas de empresas fantasmas durante el carcomido sexenio de Juan Manuel Carreras.

Hoy ya se ven los rostros de Alejandro Leal, Elías Pesina, Joel Ramírez y de otros, mucho más relajados y hasta de buen humor, tras hacerse casi evidente un oscuro acuerdo con la llamada “herencia maldita”. 

Su esfuman mil millones de pesos tan solo en los servicios de salud, pero acusan a los ex titulares para “recuperar” 52 millones de lo robado. Vaya obra melodramática y un engaño descomunal para quienes tenían la esperanza de ver por fin un cambio en nuestro San Luis Potosí. ¿Estaremos viendo el final de siempre, pero con nuevos actores?