Oscar Esquivel | 13/05/2022 | 08:38
Los partidos políticos es en la política la incrustación de grupo que manipula o quisiera seguir manipulando, pero parece que el partidismo ya no funciona como antes, es una maquinaria desgastada, cada uno de ellos tiene su muy peculiar forma de ver las cosas lo plasman con sus posturas ideológicas, en un documento que lo llaman principios ideológicos, bien a bien no se sabe dónde comienza la doctrina, de donde lo obtuvieron y como la fueron modificando, ahora nadie se atreve a exponer ideas ni nuevas ni viejas, son polizontes de un crucero que solo los atrae por sus lujos y no al puerto que lleguen.
La izquierda, que se dicen vanguardistas, son solo copiadores y adoradores de personajes de biografías dudosas, no encajan en lugares que les son incomodos los cuestionamientos, lo mismo sucede en el extremo contrario, personajes vinculados al poder, al explotador, al acaparador, sometidos regularmente a una religión, y por ultimo los moderados, ni de aquí ni de allá, ni derecha ni izquierda, sino todo lo contrario, su ineficacia política permiten las malas prácticas al ser grises personajes, son los mustios del poder.
Todos desean hacer revoluciones para que los bolsillos siempre estén llenos, porque cuando han pasado por el poder, han dejado un desastre de pobreza y humillación a la sociedad, hacen un llamado a la sublevación y nadie les hace caso.
Existen algunas maneras, digamos ideológicas que nos llevan al cadalso como estos: Los partidos de salteadores políticos, que aprovechan la más mínima ocasión, incluso le importa poco vender patria y honor, aun cuando esto quebrante la dignidad de ellos mismos, sin embargo, tienen sus seguidores. También están los partidos sociales sin Dios, sin patria, que utiliza el momento propicio para prender fuego actuando bajo las sombras de la impunidad, esperando hacer resurgir de las cenizas el orden de Dios, siempre habrá un partido religioso, restaurador de las buenas costumbres, aniquilando y suprimiendo al enemigo, en el pasado fue la bases para instaurar la filosofía del fascismo del dictador Francisco Franco.
Todos pueden hacer su revolución, porque todas las cosas están en revolución constante.
Pudiera provocarse una revolución violenta, no solo de ideas, porque las revoluciones significarán con el tiempo rebeliones sociales abiertas, luchando contra un fin común, la corrompida y gastada autoridad constituida en un bando u otro.
Llegan unos, se van otros y nada cambia, nada se mueve, nos dicen que somos un pueblo sobresaliente en todo, pero según en el espejo donde se mire.
Para los gobernantes la excelencia gubernamental es su sueño, su realidad es otra y entre ellas el no escuchar.
Nunca como ahora, las ciudades se habían visto tan devastada en su ecología y manejo ambiental, si bien son herencias añejas años de abandono, de una tala inmoderada de árboles, los drenajes colapsados, el mantenimiento prácticamente no existe, la opacidad como se manejan los recursos para mantener “la ciudad de los jardines” como la nuestra en orden y bella, no se ven por ningún lado, las fuentes sin funcionar de los parques, las palmeras, todo sin riego, las ciudades se están ahogando en contaminación.
Bajo el argumento del abandono urbano, nuestras ciudades se parchan, se maquilla, y no precisamente la capital del estado, las ciudades del interior en las cuatro regiones también lloran. Todos cuentan con planes de desarrollo, desafortunadamente nadie les hace caso, el desbordamiento de las manchas urbanas están ocasionando ecocidios, con los resultados que todos conocemos, deforestación, sobre explotación del agua, contaminación por basura, chatarrización de vehículos, las plantas tratadoras de agua pocas funcionan, según los alcaldes, nunca tienen presupuesto.
Casi todos los problemas de un municipio, son derivado de malas decisiones, poca visión de futuro, las obras publicas no se planean como debieran, las prisas por gastar el dinero, los en obras chafas o de relumbrón son el pan de cada día por más espectaculares que parezcan,
En el mundo de los alcaldes la voz del ciudadano poco importa, es común ver comunidades rurales enteras, sometidas por el hampa, se han convertido en el refugio preferido de pandilleros y la delincuencia. En la huasteca potosina, los habitantes lo saben, en colonias, barrios donde anteriormente la gente convivía por las tardes, hoy a pesar del calor se meten temprano a sus casas por temor a balaceras, en el altiplano de igual forma, son rehenes de los malos y nadie puede hacer nada.
Los municipios de cualquier parte de México, sufren de la desigualdad de recursos económicos, por ende, la carencia de todos los servicios o malos servicios municipales.
Los jefes de la comuna hacen milagros para hacer obra pública, pero su mayor milagro son los sueldos que se adjudican al llegar al cargo, ayuntamientos ricos municipios pobres.
Con la legislación actual, de que nadie debe ganar más que el presidente de la república, los muy vivillos solo se quitan 10 pesos, y según ellos ya cumplieron con la ley.
Si no existe una regulación verdadera, en transparencia y austeridad, en cada rincón del país, en cada municipio existirá un brote de revolución, cada quien a su estilo o conveniencia.
Nos saludamos pronto