En el octavo día de combate, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) reporta 90 por ciento de control en el avance del incendio forestal en la Sierra del Halo, al Sur de Jalisco, en los municipios de Tecalitlán y Jilotlán de los Dolores.
Se trata de un sinuoso bosque de coníferas cerca del límite con Michoacán, donde hay conflictos entre organizaciones criminales, que se incendió desde el 27 de abril por causas aún desconocidas.
Aunque diversos combatientes reportan que podría haber más de 2 mil 300 hectáreas afectadas, la Semadet dará un valor preliminar cuando se sofoque el siniestro.
Debido a las dimensiones del evento, poblaciones cercanas han mostrado su preocupación en redes sociales, pues se trata de un ecosistema rico en especies nativas de animales que van desde mamíferos como lince y puma, hasta reptiles como serpiente de cascabel y una gran diversidad de aves.
Además, las densas emisiones han enturbiado la atmósfera de comunidades cercanas, pese a una semana completa de exposición a humo, la Semadet no ha activado ningún tipo de alerta atmosférica para advertir a la población sobre los impactos de esta contaminación.
Otra de las actividades que se han derivado del incendio es la recaudación de víveres en municipios cercanos, como Ciudad Guzmán, para los brigadistas, ya que son más de 220 los que se encuentran en la zona de corporaciones de los tres órdenes de Gobierno.
De acuerdo con el Inventario Estatal Forestal y de Suelos de la Comisión Nacional Forestal, Jilotlán de los Dolores tiene 10 mil hectáreas de superficie de bosque de coníferas y especies latifoliadas (hoja ancha como encinos) y 2 millones y medio de árboles.
Por su parte, Tecalitlán, municipio vecino, tiene 51 mil hectáreas forestales del mismo tipo de vegetación y un registro de 12.8 millones de árboles silvestres, de los cuales una parte aún indeterminada se ha estado quemando desde hace una semana.
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