Filiberto Juárez Córdoba | 22/04/2022 | 01:44
Justicia a los asesinados, protección a los amenazados, garantías a todos los periodistas. No es politiquería, que cesen señalamientos y descalificaciones desde el poder y desde donde sea, respeto a la libertad de expresión y tolerancia a la crítica.
EL ARTÍCULO 27, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su primer párrafo establece: La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada. Otro párrafo especifica: Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el Derecho Internacional.
SIENDO EL LITIO un elemento químico, alcalino, que en su forma pura, es un metal blando, muy usado en la industria, entra en los recursos naturales que, desde 1917, están considerados de dominio directo de la nación, son nacionales pues. Un párrafo siguiente habla de las aguas y otro dice claramente: En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible y la explotación, el uso o el aprovechamiento de los recursos de que se trata, por los particulares o por sociedades constituidas conforme a las leyes mexicanas, no podrá realizarse sino mediante concesiones, otorgadas por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes.
NO HAY NINGUNA nacionalización del litio, entonces, a través de la reforma a la Ley de Minería, pues no se puede nacionalizar lo que ya era nacional. De lo que se puede hablar, según algunos expertos, es de la estatización de su explotación, uso y aprovechamiento, que la Constitución prevé que se puede hacer por particulares o compañías, previa concesión otorgada por el Ejecutivo Federal. Ahora la explotación, uso y aprovechamiento lo podrá hacer únicamente el estado, el gobierno federal, a través de una dependencia descentralizada o paraestatal, tipo PEMEX. No es que el gobierno sepa mucho sobre el litio y tenga los recursos tecnológicos y financieros para extraerlo y procesarlo, de lo que se trata es de conseguir, se ha dicho, la soberanía energética. Para muchos no es otra cosa que asegurarse que las ganancias que produzca ese elemento, sean para el gobierno. La verdad es que el tema tiene muchas aristas que analizar, pues está el antecedente del uranio, otro elemento químico metálico, base de la industria nuclear, que lo mismo produce bombas atómicas, que electricidad, instrumental médico, medicinas y otras cosas, por lo que es valioso y codiciado. En tiempos de José López Portillo, se impulsó la producción de la energía eléctrica a través de centrales nucleares, para garantizar la disposición de los materiales básicos se decidió crear una empresa estatal que manejara el uranio, surgiendo URAMEX. Corta vida tuvo, sobre todo porque en el siguiente sexenio, en la producción de electricidad, se le dio prioridad a las plantas hidráulicas, geotérmicas y de carbón, con lo que, URAMEX, se fue a la quiebra. Hoy la gran esperanza de riquezas está en el litio y el gobierno quiere ser el principal beneficiario en esa bonanza. Lo malo es que para explotar esos recursos hay que saberle. La experiencia dice que las paraestatales, siempre han sido, más bien, parafatales, para fatales resultados pues.
EL DÍA DE LA MARIHUANA, ¿a poco no iba a tener su día?, es el 20 de abril, y como ya se está haciendo costumbre, consumidores, vendedores y promotores de su legalización, se concentraron afuera del Senado, para celebrar la fecha y, de paso, darle vuelo a su gusto por la yerbita vaciladora y alivianante. Dicen que la humareda se veía a distancia, pero más que incrementar el índice de IMECAS, elevó el de personas pachecas. Lo que resultó más impactante fue que el humo y el aroma, se adentraron al recinto de la llamada cámara alta del Poder Legislativo, y todos los que ahí estaban andaban como entre suspiro y suspiro y con una cara de felicidad notoria. Se les dejó hacer y el día transcurrió como si nada. Unos afuera y otros adentro pero cada quien estaba en lo suyo. NOSOTROS DECIMOS:
Si en análisis perfecto
Los resultados se suman,
Los de afuera se la fuman
¡A los de adentro les hace efecto!
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