Pasa el tiempo como una ráfaga intensa dejando la huella de las alegrías y sin sabores que vivimos, el viento suave limpia la atmosfera, refresca la piel del rostro, hace escuchar el rozar de las hojas de los árboles, anunciando la tarde que llega poco a poco.
La primavera se acerca dejando pasar el frio que ha dejado el invierno, en ocasiones sin pensarlo nos sentamos en alguna banca del parque del barrio, algo nos llevó hasta ahí, tal vez será la necesidad de escuchar el silencio o el trinar bullicios de los pájaros que llegan a su refugio predilecto, el árbol más frondoso del lugar, ya en sus nidos con sus polluelos, posan su frágil cuerpo emplumado dando cobijo a su crías, aquellas que tan solo unos meses atrás, eran unos huevos, la esperanza de la madre y su instinto, es saber que algún día serian como ella, volarían libres si el destino se los permitiera.
Unos de los mayores privilegios es el de poder elegir, tener por derecho a la libertad de elección, para algunas personas su decisión es el quedarse en el tiempo remoto, para otros, solo toman lo bueno del pasado y dan los pasos suficientes para continuar viviendo sin la pesada carga tortuosa, aun cuando no siempre pudo ser así, es bueno siempre abrir caminos que busquen cambios que nos haga sentir el alivio en el alma.
Es difícil dejar de pensar en el tiempo, el ayer ya se fue, el futuro no llegará hasta que se pueda registrar como un hecho y en pocos minutos será pasado, sin embargo, el presente es tan efímero, tanto que con solo haber escuchado alguna canción o comer una golosina, puede cambiar el futuro inmediato, es decir, vivimos el momento preciso, tan exacto, como ahora mismo, al teclear estas palabras y dejarlas en el renglón ya es pasado.
Tan complejo es la filosofía de estudiar el tiempo y sus consecuencias, que nunca acabaríamos por entenderlo por más que escudriñemos en él. De una cosa si estoy seguro, no se entiende, no se mueve, si camina. Podemos controlar y vaticinar el futuro, con algo de ejemplo del pasado y el presente no desmorone lo que podamos construir, eso está en nuestras manos.
UNA COSA LLEVA A LA OTRA
Los fantasmas
Un fantasma es un ente de energía pura atrapado en el tiempo y en un espacio reducido, donde su cuerpo vivió y su alma mutó a un espíritu errante. Dicen que alguna persona se convierte en fantasmas cuando en sus últimos días deja el plano terrenal bajo circunstancias de tortura, olvido de los hijos a sus padres o la muerte lo sorprendió en momentos de trabajo o de felicidad.
¿Cuántos fantasmas tenemos en México? Niños, niñas, jovencitas, madres, padres, abuelos ¡miles! para tristeza y vergüenza del país. Desde el año 1964 a 2021 han desaparecido más de 95 mil
personas y contando, pocas muy pocas, regresan a sus hogares, cada familia tiene una esperanza de encontrar a sus seres queridos, las organizaciones de búsqueda, se dan a la tarea diaria de tratar de localizarlos. Localizarlos es para encontrar justicia y para en el caso de estar sin vida, darles una sepultura digna y sus familiares puedan tratar de vivir con la seguridad que realmente exista un lugar donde llorarles a sus seres amados.
Otra escalofriante cifra es la que informan las autoridades federales, hay 54mil personas fallecidas por diversas causas y están sin identificar, yacen en una fosa común o en alguna morgue permanecen por años, nadie reclama los cuerpos y algunos cadáveres cuentan ya con registro de ADN, pero la falta de registro nacional del ADN para toda la población, hace imposible el reencuentro y que nunca nadie reclame a la autoridad sus seres queridos.
Ellos serán cuerpos de personas que tuvieron alguna vida y hoy están sin descansar olvidados, su fantasma perdido espera pacientemente que alguien en algún lugar llegue a encontrar su cuerpo y lo lleve a una morada digna para descansar.
Todo se olvida.
Este México que nunca olvida, paradójicamente todo olvida, desde los vigorosos tiempos postrevolucionarios hasta nuestros días, recordamos a los héroes, las fiestas que ocasiono la independencia, la herencia revolucionaria más popular fue el grito que atravesó fronteras y nos hizo internacionales ¡Viva México cabrones! No olvidamos el jolgorio, no nos importa quedarnos sin quincena con tal de celebrar todo, lo nacional y hasta lo extranjero, llegan invitaciones para que cada noviembre acudamos a dar gracias a alguna casa o sea el Thanksgiving, tratándose de ser nacionalista muy mexicano nunca olvidamos el festejo, ¡vamos! ni el “cumple” del firulais.
Lo que, si olvidamos, ya nada nos importa, es mejor olvidar para vivir y no atormentar nuestras mentes con retoricas del pasado, solo dejaron engaños, no queremos acordarnos de los despojos de lo bienes nacionales, de la corrupción e impunidad que generaron 36 años de una corriente económica que provocó privilegios, riquezas y abundancia para muy pocos y la pobreza de millones fue el legado. Se nos olvida los agravios, la mano firme, las torturas y la represión, como sociedad omitimos y permitimos, el sometimiento ideológico atreves de medios de comunicación al servicio del poder, nos dijeron que íbamos todos, hacer ricos. Todo olvidamos por comodidad y seguimos quejándonos de los males que queremos dejar atrás para no sufrir, la burbuja del no pasa nada, nos ha hecho caer en la abulia, dejamos la lucha de nuestros derechos para que otros lo hagan.
Por todos lados la violencia enmudece a los pueblos, la pobreza crece, la mentira la simulación de los gobernantes la permitimos, la impunidad es una cultura, los valores los cambiamos por el desinterés colectivo.
Ya la queja no es válida, tenemos muchos problemas, temas de interés nacional, que, de no corregirse, estaremos frente a un apocalipsis social. En nosotros está el cambio.
Nos saludamos pronto.
OSCAR ESQUIVEL