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¿LA TERCER VÍA?

José Luis Solís Barragán | 13/03/2022 | 19:48

En México desde la aquella elección del 2006, el país comenzó a transitar por un camino de polarización, que sin duda llegó a su punto más álgido en el 2018 y el nuevo estilo de gobernar del titular del Ejecutivo Federal, solo lo alimentaría.

En los discursos del Gobierno y de muchos de los actores opositores, pareciera que se debe elegir solamente entre dos opciones, por un lado, los impulsores de la llamada Cuarta Transformación y por otro lado de aquellos “fifís”, “conservadores” o cualquier nuevo adjetivo que se les quiera señalar.

Honestamente que pobre democracia la nuestra si solo tuviéramos dos opciones para elegir, sobre todo cuando la polarización del país crece y el debate político se caracteriza por la estridencia que se escucha en el ambiente y no por la frescura de las ideas que demandan los problemas públicos.

Sin embargo, la realidad es que pareciera que estamos condenados a elegir entre dos opciones, donde ninguna logra satisfacer nuestras aspiraciones, por lo que el ciudadano debiera elegir la menos mala desde su punto de vista.

Ante tal mediocridad democrática, desde hace un año, surgió un discurso que busca colocar la posibilidad de una “tercer vía”, que permita ser un justo equilibrio en el clima de polarización nacional.

Movimiento Ciudadano, como partido político se colocó en el centro del debate electoral, la alianza opositora necesitaba sus votos, y el partido Gobernante impulsaba la pulverización, y ello hizo aún más valioso el capital político que podría otorgar su dirigente Dante Delgado, pero la decisión fue clara: jugar solos y mostrar su fuerza.

Todo ello, permitió que durante campaña del proceso electoral 2021, se acrecentara la presencia del Movimiento Naranja en el país, hubo personas que los vieron como una opción real ante el desencanto que se vivía por los resultados gubernamentales y por los fracasos de la clase política que buscaba regresar al primer círculo del poder.

Nadie niega que, en el 2021, fue un año histórico para ese Instituto Político, incluso se debe reconocer que pronto empezaron a mostrarse como una opción real de representación social, pero quizás en poco tiempo el desencanto toque a su puerta.

Lo anterior por una razón muy concreta, Movimiento Ciudadano, empezó a replicar las acciones de MORENA del 2018, es decir empezar a sumar al Partido a políticos que vieran posibilidades de crecimiento rápido o en su defecto, se sintieran excluidos de sus espacios donde militaban.

Es innegable que esa estrategia puede hacer muy llamativo el crecimiento, sin embargo, trae consigo costos muy altos, primero porque complica la consolidación como partido y segundo la compleja tarea que implica la conciliación de intereses que tienen un común denominador: buscar espacios de poder.

Movimiento Ciudadano se presentó a sí mismo, como una tercera vía, como una forma distinta de hacer política, pero ahora resulta crucial preguntarnos: ¿se puede hacer cosas distintas cuando los grupos de poder no son tan distintos de aquellos a los que critican? ¿se puede ser una opción que represente a la sociedad, cuando empiezan la exportación de más políticos, limitando los espacios de participación de aquellos ciudadanos que algún día creyeron en ustedes?

El Movimiento Naranja se acerca sin duda alguna a una de sus encrucijadas más grandes, continuar en la colecta de políticos que implicarán una factura social de rechazo, o seguir construyéndose como una vía ajena a lo viejo y a lo nuevo que pudo ya haber generado desencanto.

La decisión es compleja, pero quizás la respuesta pueda ser la brújula que nos permita conocer si en verdad son la tercer vía, o simplemente están buscando incrementar su cotos de poder.