Hoy en diìa escuchamos mensajes que continuamente van dirigidos a ser caìlidos con nosotros mismos, a darnos tiempo y espacio, a que aprendamos a como llevar la vida con maìs serenidad, pero ¿queì pasa cuaìndo llevamos esto al extremo de la serenidad?
Al principio no lo notamos, pareciera como un diìa que simplemente no tenemos tanta energiìa. Quizaì no desayunamos o no dormimos bien. Nos inventamos justificaciones para entender que ese diìa no pensamos con tanta nitidez ni nos movemos con suficiente agilidad. Pero con el tiempo esto se va repitiendo de un diìa al otro, y luego aquello se repite varias veces por semana, luego son un par de semanas al mes hasta que dejamos de detectarlo, porque el cansancio se volvioì algo normal. El agotamiento se volvioì parte de la cotidianidad, y entonces, dejamos de percibirlo como algo fuera de lo comuìn. Pero estar cansados todo el tiempo no es normal.
Se trata del Siìndrome de Fatiga Croìnica y estaì plenamente documentado. Las causas todaviìa no se conocen al 100%, se ha investigado sobre estreìs, enfermedades autoinmunes o algunas infecciones. Esto se trata de un padecimiento real. No son chiflazones o simple pereza.
En muchos casos el cansancio croìnico se debe por no detenernos cuando el cuerpo nos pide una pausa. Se pierde esa sintoniìa y luego pasa la factura. Una forma de detectarlo es cuando no se tiene actividad fiìsica.
Pero como en todo siempre hay el lado bueno, y es que hay una manera de vencerlo. Comenzamos con pensamientos positivos, poco a poco, con bondad hacia nosotros mismos pero con el compromiso de ir recobrando la energiìa, la motivacioìn y las ganas de recuperar la agilidad. Volver a tener la energiìa que nos caracteriza cuesta... no va a ser cosa faìcil porque despueìs de un letargo prolongado todo se siente maìs cuesta arriba. Pero estoy convencida que poco a poco de esfuerzo al final valdraì la pena.
Ejercicio suave pero constante, iniciando 15 minutos al diìa, escuchando las necesidades de nuestro cuerpo, darnos suficiente tiempo para recuperarnos, comer alimentos sanos y darnos un espacio para meditar son acciones que nos permitiraìn sacudirnos la pereza croìnica y llenar la bateriìa con la mejor de las energiìas.
Y tuì, ¿tienes pereza croìnica?
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