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Periodismo, la dureza de las palabras

Oscar Esquivel | 18/02/2022 | 01:40

Los medios de comunicación se establecen en el tiempo, para detener el reloj que corre en el pasillo de la historia; desde la prensa de hace siglos, ocurren ambigüedades, si son comparados con las manecillas que en ocasiones colapsan ante un golpe del poder público y privado, hacen trastabillar los momentos que deberían captarse para después transmitirse con la mejor objetividad posible. 

Las sociedades requieren de información, es un derecho exigente de las sociedades en sus diversas formas de organización, ya sean democráticas o no, los medios y el periodista requieren enviar sus mensajes para que las palabras lleguen a los oídos del pueblo. 

Tanta modernidad sumergida en un tráfico tecnológico de información, permite que de alguna forma nos convirtamos todos en periodistas, sin olvidar también, que otros lo son de profesión y al asumirla como tal se convierten en los portadores de las  noticias, que antes de transmitirlas escudriñaron se supone, el interior de la misma, de ahí podría nacer la objetividad, que según la psicología es una medida justa o no, donde una apersona puede dar un punto de vista de las cosas, muy independiente del estado de su sentir hacia su propia opinión, la objetividad no mezcla los sentimientos, es o no es, la subjetividad no debería ser para la profesión del comunicador, por su forma tan cercana al público que lo sigue a través de su medio de comunicación.   

Al llamar sacerdocio a la profesión del periodista como muchos lo interpretan e incluso lo comparan, que deberían de ser como Jesucristo a su Apóstoles, mostrar la verdad con la palabra, para encontrar el camino, pues el instrumento que manejan, la palabra, que pueden convertirse en un instrumento desestabilizante de vida o muerte. 

“ La palabra es más cortante que la espada, más pronta que el rayo, más destructora que la guerra” Donoso Cortés, él,  llama al periodistas “Ministros de la palabra social” e infiere bajo su concepción cristiana, que serán castigados en lo profundo del infierno aquel que con su noble profesión y con el don de la palabra que el Divino les confirió, utilicen cada letra, cada párrafo de manera errónea de la descripción de la historia y se venzan al servicio de la confabulación, también describe la recompensa  de “galardones otorgados por el hombre y la luz de la eternidad ganada, para los que consagraron la verdad en sus palabras al servicio del bien de Dios y su comunidad”. 

Ante el desasosiego social, la comunicación fluye a raudales, ¿qué clase de comunicación? De calidad, errónea, la podríamos discutir, sin embargo, parece ser que el gobierno y la sociedad no coloca a la prensa con sus alcances, para lo que es necesaria y la influencia en el equilibrio que dará como resultado tranquilidad social, siempre y cuando se actúe con la mayor de las veracidades posibles. 

Nuestro país pone en duda la honestidad periodística cuando el mensaje no le es favorable o comulga con ideas diferentes, es ahí donde  la opinión de quien escribe se convierte en militante activo de algún movimiento político o social, dejando a un lado su imparcialidad, creo y se vale que el periodista tenga el derecho de decidir de que parte de la historia esta, obviamente siempre bajo el principio de que nadie tiene la verdad absoluta, solo que al hacerlo, sería conveniente que su postura fuera abiertamente y a quien apoya.  

El periodismo como toda profesión tiene sus especialidades y una de ellas en es lo político, en algún artículo sobre ética política, decía “en esta arena tan inestable, existen los honrados y los no tanto”, y esto no quiere decir que no sean profesionales al momento de ejercer su derecho a informar, los primeros se mueven entre los acontecimientos noticiosos tratando de plasmar la realidad tal y como debe ser. Los no honrados trabajan para personajes poco transparentes sus intereses y sus alcances que les dan sus fondos económicos, la gran mayoría de las veces se ligan el poder político y el dinero.  

En cinco apuntes sobre periodismo, Gabriel García Márquez  “más periodista que escritor” como el mismo se describía aquí  les comparto algo de su herencia ética, no sin antes decirles que  espero que la exaltación del poder mantenga la serenidad y garantice la libre expresión de las ideas, permitiendo el debate público, y atienda las necesidades reales de información; y a los periodistas que los mueve un proyecto político y tienen las plataformas de comunicación suficientes, transparenten su participación dando a conocer sus posturas ideológicas, para dejar de verse como corruptos de la comunicación.  

Aquí Gabo sobre el periodista. 

Ética del oficio: “Cada día nos olvidamos más de la ética. Las escuelas de periodismo enseñan todo lo que tiene que ver con el periodismo, menos el oficio” 

La cultura: “Para ser periodista hace falta una base cultural importante, mucha práctica, y también mucha ética. Hay tantos malos periodistas que cuando no tienen noticias se las inventan”. noticias 

Un asunto de incapaces: “Para ser periodista hace falta una base cultural importante, mucha práctica, y también mucha ética. Hay tantos malos periodistas que cuando no tienen se las inventan”. 

La falta de dominio profesional produce crisis éticas: “Nos preocupa la crisis ética del periodismo escrito. El empleo vicioso de las comillas en declaraciones falsas o ciertas facilita equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal”.  

Riesgo de mal periodismo: “En medio de todos los horrores y atrocidades que vivimos y no acaba con el país, queda todavía el riesgo de que el periodismo mal hecho sí acabe con el país”.