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El ABC del metaverso

Martha Debayle | 15/02/2022 | 17:22

¿Qué es el Metaverso?
 
Es el entorno virtual del futuro al que será posible entrar, en vez de simplemente ver una pantalla.
 
En este mundo virtual será posible llevar a cabo cualquier actividad con dispositivos de realidad virtual, gafas de realidad aumentada y aplicaciones.
 
Otro de los conceptos importantes es la interoperabilidad, o sea, la capacidad de que todas las plataformas y todos los dispositivos compartan la información y se conecten en el mismo espacio digital.
 
Por ejemplo, Fortnite ha invitado a artistas como Marshmello y Ariana Grande a dar conciertos o usando su plataforma para exposiciones de arte como la de ”KAWS NEW FICTION” en una reproducción de la Serpentine North Gallery de Londres.
 
¿Cómo vamos a experimentar el Metaverso?
 
Al romper los límites de lo que creíamos que es la digitalización o la realidad aumentada, podríamos experimentar el Metaverso con guantes, botas, relojes, lentes de realidad virtual, visores o proyectores de hologramas. Todo es una posibilidad a futuro.
 
¿Qué nos puede ofrecer?
 
La idea es que pueda ofrecer tantas oportunidades como el mundo físico real, con la posibilidad de crear nuestros propios negocios en él.
 
Imagínate poder caminar por las calles de una ciudad, y poder hablar con los avatares virtuales de otras personas, que han abierto unas tiendas y nos ofrecen poder probarnos y comprar ropa virtual, un coche virtual, o un apartamento virtual.
 
También puede tener aplicaciones prácticas, como reuniones de trabajo en la que todos compartan una oficina virtual conectándose desde sus casas, y ni siquiera tengan que preocuparse por arreglarse para la reunión.
 
Un metaverso también podría tener su propia economía, con algún tipo de moneda virtual que podamos comprar con nuestro dinero real, o ganar de alguna manera dentro de las interacciones que ofrezca. Quizá incluso se puedan crear puestos de trabajo.
 
Y por último, buscando algo más cercano y humano, también nos permitirá interactuar con personas que están físicamente lejos de una manera más realista, mirándonos a nuestros ojos virtuales y a nuestras gesticulaciones reproducidas por los sensores del casco de realidad virtual que llevemos.
 
¿Quiénes están apostando por él?
 
Microsoft: La compañía fundada por Bill Gates se va a gastar 60,000 millones de euros en comprar Activision Blizzard (dueña de juegos como Call of Duty, Guitar Hero, World of Warcraft o Candy Crush). En 2017 pagó cerca de 2,000 millones de euros por el juego Minecraft.
 
Tencent: El gigante tecnológico chino en 2012 entró en el accionariado de Epic Games, la empresa desarrolladora de Fornite, el juego más popular entre niños y adolescentes. En 2021 la firma levantó 1,000 millones de dólares para desarrollar “su visión estratégica sobre el metaverso”. También compró la empresa Riot Games, desarrolladora del popular League of Legends.
 
Epic Games: conocida por haber desarrollado Fortnite y Roblox, también está interesada. En abril de 2021 anunció la inversión de mil millones de dólares para desarrollar de forma más profunda las experiencias sociales del metaverso.
 
Sony también ha anunciado contribuciones para entrar al proyecto del metaverso aportando su tecnología y vías de entretenimiento. Por ejemplo, es la empresa que está ayudando al club Manchester City a hacer una réplica de su estadio para impulsar el negocio del entretenimiento deportivo en el metaverso.
 
Ciudades virtuales y criptomonedas
 
Genesis City: es la primera ciudad construida con la tecnología de bloques de datos. Se trata de una ciudad virtual que tiene centros comerciales, galerías de arte, y plazas y calles donde se pasean los avatares de los usuarios. Fue desarrollada por la compañía Decentraland, que logró la financiación en 2017 emitiendo una criptomoneda (levantó 26 millones de euros) y que ahora está vendiendo terrenos.
 
La ciudad tiene 900,000 parcelas virtuales. Y hace dos meses vendió una de las mejor ubicadas a Metaverse, filial del grupo alemán Tokens.com, que cotiza en la Bolsa de Fráncfort. Pagó dos millones de euros. El inversor, Andrew Kiguel, asegura que esa parcela ya vale cinco veces más.
 
También hay que decir que Kiguel no pagó exactamente con euros o dólares, sino con una criptomoneda llamada MANA, equivalente a los mencionados dos millones de euros.
 
La pasión por el metaverso no es solo cuestión de los fanáticos de las criptomonedas. A finales de 2021 se conoció que la filial en Hong Kong de la consultora internacional PriceWaterhouse Coopers (PwC) había invertido para comprar terrenos virtuales para iniciarse en lo que denominan el “asesoramiento 3.0 para temas de contabilidad y fiscalidad”.
 
También la histórica marca de videojuegos Atari ha comprado, llegando a pagar tres millones de euros, en la que es la mayor operación inmobiliaria virtual hasta la fecha.
 
El problema con todas estas inversiones es que se están dando en activos que no solamente no están regulados, sino cuya utilidad y viabilidad es más que cuestionable.
 
Si el metaverso es digital, ¿cómo es que hay bienes inmuebles?
 
Hay muchas similitudes entre tener un inmueble en el metaverso y hacerlo en la vida real.
 
De hecho, la plataforma inmobiliaria virtual SuperWorld tiene un mapa de toda la superficie del globo con un listado de 64,800 millones de parcelas que se corresponden directamente con lugares reales de la Tierra, incluyendo monumentos emblemáticos, rascacielos y maravillas naturales. Por solo 100 etereum, algo más de 250,000 euros, se puede poseer el equivalente metaverso de la Torre Eiffel.
 
Una vez que los usuarios compran estos bienes inmuebles virtuales, pueden interactuar con ellos como lo harían en el mundo real: construyendo una propiedad, organizando un evento o monetizando el comercio y los anuncios que tienen lugar en el terreno.
 
El terreno virtual más caro jamás vendido, que alcanzó la cifra de 4,3 millones de dólares en Sandbox, fue adquirido por Republic Realm, otra empresa de inversión inmobiliaria virtual. Según el Wall Street Journal, Republic Realm suele comprar propiedades vacías en el metaverso y esperar a que se revaloricen o paga a arquitectos y promotores para que construyan viviendas y centros comerciales en sus parcelas.
 
Y, ¿Cuándo empezaremos a ver al metaverso como una realidad?
 
Las empresas que están invirtiendo miles de millones de dólares en el metaverso no se van a detener, así como no se detuvieron con la construcción del Internet en la década de 1990.
 
El metaverso probablemente tardará entre 10 y 15 años en convertirse en una realidad cotidiana. Pero sucederá, y los países, instituciones y empresarios que, llegado el momento, no se preparen se van a quedar atrás.