Nadie duda de que sean buenas las intenciones de los colectivos que reclama la modificación de rehabilitación de la alameda Juan Sarabia exigiendo que en lugar de los dos puentes peatonales que incluye mejor ubiquen zonas de cruce de calles a ras de piso a efecto de no obligar a las personas discapacitadas a hacer un gran esfuerzo físico para pasar por los mismos lo que, dicen, se evitaría con los cruces a ras de piso como están actualmente frente al templo de San José.
Sin embargo, los integrantes de los colectivos opuestos los puentes harían bien en no preocuparse porque los instalen como está proyectado si se tiene en cuenta la arraigada costumbre de muchos potosinos de desdeñar usarlos para cruzar, carreteras y avenidas aún a costa de poner en riesgo su vida o de sufrir graves accidentes, como se ha visto.
El ejemplo más claro de ese desprecio colectivo a los puentes peatonales lo constituye el que se había instalado sobre la avenida Reforma a la altura de la muy transitada calle de Moctezuma a fin de que la gente pasara con seguridad a la entrada del mercado república.
La terquedad de la gente por no usarlo y ahorrarse el esfuerzo de subir las escaleras hacía que muchas personas se arriesgaran a cruzarla a pie lo que ocasionaba frecuentes atropellamientos de vehículos en los que muchas vidas se perdieron ante lo que los peatones dejaron de usarlo durante años de tal suerte que llegó al punto de estar en peligro de derrumbarse por los deteriores naturales por el paso del tiempo, lo que, finalmente fue la razón por la que las autoridades municipales optaron por desmantelarlo y retirarlo definitivamente del lugar, fenómeno que se ha repetido o está por volver a presentarse en otros puentes como el que cruza la carretera a Rioverde a la altura del fraccionamiento el polvorín al igual que el que pasa sobre la carretera a México por el rumbo de un gran centro comercial del oriente de la ciudad donde decenas de personas han perdido la vida por no usarlo y aventurarse a pasarla corriendo con resultados trágicos.
Incluso, los pasos inferiores que existían han caído en desuso por la irresponsabilidad ciudadana e darles el uso para el que fueron construido como ocurrió con el paso inferior que conectaba la avenida 20 de noviembre y la calle Azteca que a la postre terminó convertido en un baño público y en un peligro de sufrir un asalto por quien se atreviera a cruzarlo de noche, lo que también sucedió con el paso que se construyó desde hace varios años por debajo de la hoy avenida Salvador Nava y avenida Salk igualmente convertido en guarida de delincuentes que al poco tiempo de haberse puesto en servicio dejó de ser utilizado por la gente pues también los transeúntes preferían exponerse a perder su vida pasándola corriendo lo que innumerables no lo lograron y ahí la perdieron.
Por consiguiente, los opuestos a los puentes para conectar la próxima nueva alameda bien podrían tener en cuenta la peligrosa y suicida alergia que muchos potosinos sienten ante la posibilidad de tener que hacer un poco de esfuerzos para utilizarlos pues ya que entren en funciones no pasará mucho tiempo para que caigan en el abandono por falta de uso como ocurrió con los arriba citados y así ahorrarse la polémica detonada.
