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Los rasgos de tu personalidad que te dirán si estas listo para una relación

GQ | 26/01/2022 | 02:11

Cuando no estás listo para una relación se nota… y mucho. Incluso si tú piensas que algunos de los rasgos de tu personalidad que señalan que no estás en un buen momento para ello no son tan graves o notorios, lo más probable es que sí lo sean y que necesites trabajar en ellos si quieres avanzar en ese terreno y eventualmente alcanzar el punto en el que estés listo para comprometerte y compartir tu vida.

 

Y como sabemos que para poder avanzar en el proceso de mejorar como persona, lo primero es reconocer los rasgos que nos causan problemas, aquí queremos hablar de algunas características de las personas que indican que no estás listo para una relación.

 

1. Solo piensas en ti

Es verdad que en cualquier relación es muy importante mantener la independencia de las personas involucradas y que no por estar enamorados debemos abandonar nuestras propias necesidades. Sin embargo, es importante encontrar el balance entre amor e independencia, y no pensar solo en uno mismo. Las relaciones de pareja requieren de un poco de sacrificio para poder respetar al otro, sin que esto sea un abandono total de nuestros valores. Se trata, más bien, de una cuestión de respeto y empatía hacia los demás y hacia ti mismo. Si para ti es imposible sacrificar lo que tú quieres hacer o lo que tú piensas, probablemente no estás listo para una relación.

 

2. Piensas que solo tú tienes la razón

En cualquier relación habrá conflictos y malos entendidos, pero es importante que ambas partes de ella sepan ceder, reconocer sus errores y esforzarse por mejorar. Cuando en una discusión una de las personas piensa que tiene toda la razón, es probable que el otro salga lastimado. A veces cuesta trabajo pedir disculpas, pero casi siempre, cuando hablamos con honestidad sobre nuestros errores o dudas, lo más probable es que tengamos buenos resultados a cambio y la comunicación se fortalezca. Si no te interesa reconocer que a veces te equivocas, entonces probablemente una relación no es lo tuyo.

 

3. Dependes demasiado de tu pareja para ser feliz

La codependencia se manifiesta cuando una persona siente ansiedad lejos de su pareja o cuando siente la necesidad constante de estar con ella para poder sentirse bien. En las relaciones siempre se pueden crear ataduras y vínculos profundos, pero el amor no implica posesión ni necesidad constante de atención para sentirnos bien. La codependencia es muy común y casi siempre es consecuencia de necesidades que creamos desde que somos niños y que depositamos en las demás personas. Lo ideal es trabajarlo en terapia para poder comunicarlo de forma asertiva con tu pareja y así avanzar y mejorar el vínculo, sin necesidad de depender del otro para ser feliz.

 

4. Esperas que te lean la mente

La comunicación es una parte esencial de una relación. Si cuando estás con alguien prefieres no decir lo que piensas por miedo a crear conflicto o para probar si te conocen bien o les importas, estamos ante una actitud un tanto injusta que deposita demasiada responsabilidad en el otro. Si quieres mejorar tu capacidad para relacionarte, expresa tus necesidades con honestidad y amor, verás que es mucho más fácil eso que simplemente esperar que los demás te lean la mente y actúen como tú quisieras.

 

5. Tienes fobia al compromiso

La fobia al compromiso o ansiedad por las relaciones es cuando tienes miedo de tener una relación. Importante: esto no significa que nunca podrás tener una, pero quizá tus miedos se están interponiendo en el proceso para construirla de forma saludable. Esto puede suceder por eventos pasados que te crean inseguridad como un divorcio de los padres o tener relaciones poco saludables en el pasado. Esto crea vulnerabilidad y se proyecta en el presente. La buena noticia es que puede trabajarse en terapia y aprendiendo a vivir más en el presente.

 

Lo bonito e importante de reconocer si no estás listo para una relación es que es el primer paso para encaminarte a ser la persona que quieres ser. Quizá no te interesan las relaciones de pareja o lo tuyo son otros esquemas de relaciones como la asexualidad, y comenzar a explorar las razones por las cuales cierto tipo de intimidad te puede incomodar, por ejemplo, puede ser el inicio del descubrimiento de tu identidad. Por otro lado, quizá te das cuenta que durante mucho tiempo has actuado por impulsos que ahora ya puedes reconocer y trabajar para sentirte mejor contigo mismo. Después de todo, amar a alguien no se trata solo de aprender a querer al otro, sino a uno mismo.