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Agencias | 18/01/2022 | 12:10
Desde el juego OXO (el primer ta-te-ti virtual, lanzado en 1952) y el Tenis para dos (lanzado en 1958), hasta Horizon Forbbiden West (2021) y Resident Evil Village (2021), la evolución del diseño gráfico en la industria de los videojuegos ha recorrido un camino casi tan largo como el de la carrera espacial. Y esto no es poca cosa.
Para quienes incursionamos por primera vez en los videojuegos con títulos ya arcaicos como Pong, de Atari (1972), o franquicias revolucionarias como Final Fantasy (1997), la evolución de las gráficas es algo de digno respeto. Desde unos pocos píxeles hasta la realidad virtual, 70 años de historia cuentan como una vida para los videojuegos.
En sus comienzos, pensar en videos juegos significaba jugar en grandes máquinas. Consolas toscas y pesadas que solo podían contener un videojuego simple, o que requerían casetes con el software de cada juego. Solían ser muy caras, por lo que solo estaban al alcance de unos pocos.
El despertar de la fuerza
La popularidad de estos dispositivos, sin embargo, resultó tan incontenible, que muy pronto un gran número de empresas se lanzó al desarrollo y al perfeccionamiento de las tecnologías involucradas en los videojuegos.
El atractivo principal de los videojuegos fue siempre la sensación de interactividad entre el jugador y el juego, por lo que muy pronto aparecieron los juegos de acción en primera persona, como el icónico Counter-strike. Pero la evolución del diseño gráfico en los videojuegos no se detuvo ahí. Un gigante dormido estaba despertando, y nada podría contenerlo.
La necesidad de equipos cada vez más sofisticados
Es evidente que, cuantomás realistas y populares en las redes sociales se vuelven los videojuegos, más pesados se hacen, al punto de que cada tantos años las máquinas se vuelven obsoletas e incapaces de soportar los nuevos programas. Para contrarrestar esto, se necesitan procesadores cada vez más potentes y veloces, aunque no sucede lo mismo con todos los tipos de juegos,como en los juegos de tragamonedas o slots. Este tipo de juegos son muy entretenidos, divertidos y con diferentes estilos y temas. Por ejemplo: películas famosas y series exitosas; culturas antiguas como dioses griegos, faraones egipcios o vikingos nórdicos; bellos paisajes; gráficos retro de 8 bits; los tradicionales estilos frutales, y mucho más. Además, no necesitan de un gran procesador o memoria RAM para correrlos de forma eficiente, incluso desde cualquier smartphone.
La digievolución
Al igual que los famosos Digimones, los videojuegos han evolucionado rápidamente para hacerse más fuertes, más veloces, más impresionantes. Y no solo las gráficas han evolucionado: En la actualidad, la trama de la historia también cuenta. Como una buena novela, pero interactiva, donde tú y tus amigos (o enemigos) son los protagonistas.
La ambientación tampoco se queda atrás: Donde antes teníamos un fondo fijo, apenas coloreado con 3 o 4 tonos, ahora encontramos espacios tridimensionales, colores hiperrealistas, movimiento natural, vibraciones percibidas a través de la consola y simulación de vida animal en el paisaje. Algo con lo que los jugadores de Arcade (a mediados de los setenta) jamás habríamos soñado.
La cumbre de la evolución del diseño gráfico
Esto también implicó una evolución exponencial del hardware. En la actualidad, todo el esfuerzo de las compañías dedicadas a la creación de los videojuegos más realistas se traduce en imágenes con calidad fotográfica, efectos de luz y color que impactan por su naturaleza, movimientos fluidos y expresiones humanas en los personajes.
De alguna manera, la tecnología aplicada a la industria de los videojuegos está a la altura de la Inteligencia Artificial, y lo que hoy nos parece la cumbre de la evolución, mañana nos puede sorprender con holocubiertas portátiles al mejor estilo Star Trek.
