Largas filas en los centros de pruebas en Israel han puesto a la población bajo estrés, por lo que el Gobierno ahora está apostando por los tests rápidos de antígenos.
"Estamos lidiando con una cuarta ola de Covid-19 muy diferente a la que habíamos visto antes, con números de contagios altísimos", dijo este lunes Asher Salmon, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud, en conferencia de prensa virtual.
Los tests de antígenos se han convertido en la principal forma de prueba de detección, pese a su menor confiabilidad y pese a que por mucho tiempo el Gobierno israelí se rehusaba a permitirlas justo por esa cuestión. De momento, las pruebas PCR están limitadas solo para personas mayores de 60 años, otros en alto riesgo, y el personal de salud.
"En este punto necesitamos cambiar nuestro sistema de pruebas, no porque estuviera mal, sino porque mucha gente quiere hacerse el PCR. Es imposible", explicó Salmon. "Hemos apostado por las pruebas de antígenos masivas, que son menos precisas".
El funcionario también reconoció que mucha gente no sabe cómo utilizar los kits de tests que se envían a casa.
De acuerdo con el diario Haaretz, el sábado pasado más de 120 mil personas dieron positivo en 315 estaciones de pruebas de antígenos en el país, junto con un número no determinado que se realizaron las pruebas caseras luego de que les fue informado que estuvieron expuestos al virus.
El director general del Ministerio de Salud, Nachman Ash, dijo el domingo que se considerará exigir que en los tests caseros se utilicen tanto hisopos nasales como de garganta para mejorar su confiabilidad. De momento, solo los primeros son requeridos.
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