Miércoles 24 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

No puedes ir tan lejos como tus residuos

Juan Marín Gracia | 12/12/2021 | 02:12

NO PUEDES IR TAN LEJOS QUE TUS RESIDUOS: Escribo estas líneas durante la espera a tomar mi vuelo de regreso de vacaciones en una hermosa zona de nuestro país, la Baja California y no puedo borrar de mi mente el encontrarme con bolsas de plástico desechadas en lugares inimaginables de la naturaleza. No puedo abstraerme y dejar de pensar como hemos agraviado nuestras bellezas naturales, nuestras playas y océanos, nuestras ciudades, nuestros bosques, nuestra vida misma.

 

Durante este viaje me aleje de la ciudad y del ruido, recorro parajes e islas remotas y ahí estaba yo, ahí estaba mi presencia, ahí estaba todo el desarrollo y avance de la “vida moderna”, grotescamente expuesto en una bolsa de plástico ya tostada por el sol, en una lata aplastada y malformada de aluminio en medio de la playa; basura aquí, residuos allá. La emergencia por el alto impacto en nuestros océanos y áreas naturales por nuestros residuos mal dispuestos, es casi o más del tamaño del cambio climático que padece nuestro planeta por nuestra culpa.

 

Si el calentamiento global es la mayor amenaza para la humanidad, las miles y miles de toneladas de residuos y basura de todo tipo que llega a nuestros mares, no es la excepción. Recientemente leí un articulo de una universidad inglesa que aseguraba que la contaminación por los residuos plásticos y los microplásticos derivados de ello, ya estaba prácticamente en nuestra cadena alimenticia, presente estos en una gran mayoría de peces que después terminan en nuestra mesa.

 

Un artículo similar aseguraba que, “gracias” a que hemos inundado nuestros bosques y zonas verdes de todo tipo de residuos, pero principalmente los plásticos (si, de nuevo el plástico), nuestra agua potable ya tiene alto contenido de microplásticos, confirmaba que, al estudiar la calidad de agua potable embotellada, 8 (ocho) de cada 10 (diez) botes de agua contenía una gran cantidad de microplásticos. Dado lo anterior, aseguro que (y lo he expresado en varias charlas que he dado recientemente), más temprano que tarde, quizás nos estaremos midiendo el nivel de “microplásticos” en nuestra sangre junto a otros parámetros convencionales de salud. 

 

Sin embargo, no todo esté perdido, la verdadera lucha apenas inicia para nuestra especie; recientemente han surgido voces aisladas que están promoviendo cambiar de fondo, cambiar de mente, cambiar de modelo. Estas voces promueven apostarle a remplazar el viejo modelo de consumo basado en una Economía lineal, que durante siglo ha promovido el extraer-transformar- usar-desechar todo tipo de recursos , privilegiando la economía del consumo del úsese y tírese, por el modelo de Economía Circular que se base en potencializar al máximo el uso y aprovechamiento de recursos mediante el extraer-transformar- reutilizar-reparar-reciclar, para aprovechar al máximo todo el recurso posible, es decir maximizarlo.  Bajo este enfoque se busca dejar cambiar nuestro modelo mental y dejar  atrás el usar y tirar, el buscar el nuevo producto aunque el que use ahora funcione perfectamente bien, es aquí donde los conceptos de vida útil y ciclo de vida toman sentido. 

 

Con este modelo de Economía Circular el residuo generado en su caso, sería promovido como un recurso para otro proceso productivo que le dé utilidad. Sabemos que este modelo en sí es un gran reto, después de siglos de consumo y dispendio, pero sabemos también que no podremos ir más lejos que nuestros residuos, de lo contrario sus impactos quizás estén pronto en nuestro próximo platillo en casa.