El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha denunciado este domingo la muerte de dos jóvenes de 17 años en el atentado del viernes contra una mezquita chií en la ciudad afgana de Kandahar, al tiempo que ha hecho un llamamiento para proteger los derechos de los niños tras el retorno de los talibán al poder.
"UNICEF declara su grave preocupación ante un aumento de las violaciones graves a los derechos de los niños en Afganistán", ha señalado el fondo en un breve comunicado publicado en su cuenta de Twitter.
"Hay que proteger a los niños. Los niños no deben pagar con su infancia por este conflicto", ha recordado la organización.
Al menos 62 personas murieron y 75 resultaron heridas a consecuencia del ataque suicida perpetrado este viernes en la mezquita chií de Bibi Fatima o Imán Bargah, en el corazón del movimiento talibán.
El grupo yihadista Estado Islámico reivindicó la autoría del atentado, que describió como un "doble atentado suicida", según un comunicado recogido por SITE Intelligence Group, un organismo especializado en hacer seguimiento de los grupos terroristas.
La filial afgana del grupo terrorista precisó que dos de sus combatientes han "matado a tiros" a los guardias de la mezquita y, después, se inmolaron en el interior de la misma.
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