Deben reponer unidades nuevas de urbanos

En lugar de comprometerse a mejorar el servicio del transporte urbano, como lo hizo el director de la empresa cytibus Transportes urbanos y suburbanos Tangamanga Ricardo Medina Macías mejor haría en dar a conocer la decisión de renovar el parque vehicular con que cuentan en virtud de que la mayoría, o todas, las unidades ya cuentan con más de diez años de antigüedad que es el lapso de vida útil que se les asigna para operar en condiciones aceptables pues, como se recordará esta empresa empezó a ofrecer el servicio durante el penúltimo año del régimen de Fernando Silva Nieto que comprendió de 1997 al 2003.

Silva Nieto decidió en su gobierno imponer a esa empresa transportista sobre los concesionarios monopolistas locales que le habían creado una crisis en el servicio como presión para obligarlo a aprobar un aumento en las tarifas medidas que fue bienvenida por los usuarios ya cansados de las chatarras circulantes que los transportaban que en ese entonces fueron sustituidas por unidades nuevas que son las que aún se mantienen en servicio y que, por su antigüedad también ya lucen como cafeteras destartaladas y contaminantes que deben ser retiradas del servicio e incorporar unidades nuevas que brinden un mejor servicio y no afecten el medio ambiente con sus emisiones contaminantes porque si se entiende como mejorar el servicio medio afinando las chatarras en que lo ofrecen al poco tiempo será lo mismo por el uso natural en la complicada vialidad de la ciudad y eso, si en verdad pretenden aliviar en lo posible el pésimo servicio que ofrecen.

Los últimos gobernadores que se animaron a renovar el servicio desde el siglo pasado fueron, primero, el profesor Carlos Jonguitud Barrios al introducir vehículos nuevos y crear nuevas rutas como aquellas perimetrales y las radiales.

Luego lo haría el ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá al financiar con  créditos de Banobras la renovación total del parque vehicular otorgados a los concesionarios para adquirir nuevas unidades que pagarían conforme el nivel de ingresos que registraran lo que muchos jamás hicieron de las que en viejos talleres mecánicos aún pueden verse carrocerías abandonadas.

Ahora, el monopolista mayor de la concesión del transporte urbano, únicamente ofrece “mejorar” el servicio cuando su obligación es cambiar las viejas unidades por otras nuevas por la antigüedad de las que circulan que prácticamente están para venderlas por kilo lo que bien haría el gobierno gallardista en no perder de vista por el bien de los usuarios y la ciudad en general.

CABOS SUELTOS

Como debe de ser el oficial mayor del gobierno estatal Noé Lara Henríquez ya inició pláticas con los organismos sindicales de burócratas a fin de revisar las propuestas que traen y poner en claro que en lo que va de la nueva administración no se han llevado a cabo despidos masivos de trabajadores lo que viene a tranquilizar los ánimos desbordados mayormente, por versiones sin fundamento.