Miércoles 24 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Lo que nunca debes pedir al room service

GQ / Foto: Unsplash | 01/10/2021 | 11:20

Imagínate un menú de room service, lleno de comida reconfortante para convertir una habitación desconocida en un acogedor hogar lejos de casa. Seguro que hay un club sándwich, algún tipo de hamburguesa, un filete a la parrilla, además de una pizza gourmet y una o dos sopas. Estos menús son tan habituales que parecen dictados a distancia por alguna directiva central. No lo son, aunque quizá deberían serlo, ya que no todos los platos del room service son igual de deliciosos. De hecho, hay algunos que no deberías pedir.

 

Si estás en el sexto piso o más arriba, pide algo que ya esté frío 

No importa lo que pidas si estás en un piso alto de un hotel: la comida estará fría. Incluso con ascensores exclusivos para comedores, la logística de entrega desde una cocina en el sótano a a varios pisos arriba es un reto. Y es todavía más complicado cuando hay mal tiempo y decides quedarte en tu habitación y pedir comida. Todo el mundo ha tenido la misma idea, advierte Lisa Brefere, una experimentada chef de hotel que ahora dirige su propia empresa de consultoría, Gigachef. "Puedes estar realmente en problemas cuando hay horribles tormentas de viento o nieve", dice Brefere. "Hay pedidos de todas las habitaciones, así que todo el mundo en el hotel acude a la cocina para ayudar, incluso el encargado de la recepción" (como habrás adivinado, la cena sabe mejor cuando la prepara alguien que, se gana la vida cocinando). Pedir room service puede ser una buena opción para una cheat meal si no quieres afectar tu dieta. 

 

Sáltate los mariscos y el pescado

El pescado no viaja bien y huele mal", continúa Brefere, "además, no sabes cuánto tiempo ha estado allí. Pide algo como un sándwich de pavo, en el que sabes que ha habido una gran rotación" (igualmente, evita la cebolla o el queso azul, que no sólo apestarán esa habitación hasta que limpien el cuarto la mañana siguiente, sino que también te harán muy impopular en las reuniones del desayuno). Los camarones (aunque son unos de los alimentos que hacen que aumente tu deseo sexual) también están fuera de las opciones aceptadas, según Brefere; al fin y al cabo, ese cóctel podría haberse preparado hace horas con marisco comprado a granel apenas descongelado. En caso de duda, pida información al encargado del pedido: "Serán brutalmente honestos a la hora de decirle cuáles son los mejores platos que debe pedir, porque saben que eso afectará a la propina del mesero".

 

El filete, pídelo un poco más crudo de lo normal 

El viaje a la habitación en el carrito de calentamiento, conocido como caja caliente, seguirá cocinándolo suavemente. En cuanto a las pizzas gourmet, es poco probable que sean hechas en casa, ya que una versión congelada es lo más fácil para los momentos de mayor actividad; sólo hay que añadir unas cuantas hojas de albahaca y ya es artesanal. Sin embargo, la mayoría de los chefs del room service omiten el exceso de adornos no funcionales. Las ramitas de romero pueden parecer atractivas, pero sólo acabarán debajo de la cama o atoradas en la alfombra.

 

Si ves pesto o aguacate en un plato, recházalo 

Al estar sobre la mesa de la cocina, ambos se decoloran rápidamente o se vuelven crujientes, aún comestibles, pero poco apetecibles. Cualquier cosa crujiente, ya sean palitos de mozzarella, aros de cebolla o patatas fritas, estará más que aguada cuando llegue a la habitación. Si tienes que comer papas fritas (no esperes que sean como las papas más caras del mundo que cuestan 300 dólares), pregunta cómo están cortadas, ya que es probable que las papas anchas viajen mejor. Y nunca pidas café al servicio de habitaciones. Lleva una Aeropress si quiere una taza fresca. Esa jarra se ha llenado de una olla en la que el café ha estado cociéndose durante horas. Tampoco te dejes engañar por una prensa francesa: Para ahorrar tiempo, los meseros pueden llenarla con el mismo liquido quemado.

 

De alguna manera, a pesar de todos estos tips y advertencias, el room service sigue siendo una idea glamorosa; es un capricho descarado y lujoso cuando se aloja en un hotel de primera categoría. En parte, esto se debe a sus orígenes: El concepto procede del elegante Waldorf Astoria de Nueva York, que empezó a ofrecer comidas en las habitaciones en la década de 1890. Cuando se trasladó a su actual ubicación en Park Avenue, se construyó una cocina especial en el piso 18 para minimizar el tiempo de entrega de la comida caliente a esas habitaciones.

 

Ahora, sin embargo, la logística del servicio de habitaciones esta muy alejada de ser elegante. Muchos hoteles confían en un cocinero de línea en una cocina improvisada del ala de banquetes para preparar la comida en la habitación, en lugar de los chefs que trabajan en el restaurante de la marca. Hay excepciones notables. El chef Florian Favario, con una estrella Michelin, supervisa todos los platos que se sirven en The Lanesborough ya sea en su restaurante o en una habitación. El Mr. C de Cipriani en Beverly Hills, que ofrece casi todos los platos del restaurante italiano -incluso un Bellini recién hecho. Incluso el Trump de Las Vegas, con 1282 habitaciones, cuenta con los mismos chefs que supervisan la comida de sus restaurantes del hotel.

 

Eso sí, disfrute de esas mini botellas de ketchup mientras duren: El room service de cualquier tipo está en vías de extinción. En los últimos seis años, aunque el número de huéspedes de los hoteles ha aumentado en general, el uso del room service se ha desplomado un 25%. En parte, es por el precio: Incluso los viajeros de negocios se resisten a pagar 16 dólares por un club sándwich promedio, especialmente cuando los presupuestos se han ajustado tras la Gran Recesión. Además los hoteles no suelan aumentar el presupuesto del servicio de habitaciones. Siempre ha sido una fuga de recursos, a menudo un gasto que los hoteles soportaban porque ofrecer comida en la habitación las 24 horas se consideraba un factor crucial para obtener cuatro o cinco estrellas de las agencias de calificación que compiten entre sí.

 

Sin embargo, estos elementos de la calificación están cambiando. Hace tres años, el Hilton Midtown de Nueva York, el segundo hotel más grande de la ciudad, elimino el room service (y 55 puestos de trabajo) sin sufrir un descenso de categoría. Sustituyó el programa por un refrigerador con comida y snacks para llevar, y el auge de un nuevo tipo de minibar centrado en los snacks amenaza el servicio a la habitación.