Dos aviones de combate de las Fuerzas Aéreas serbias sobrevolaron este domingo el paso fronterizo de Jarinje, en el norte de Kosovo, en medio de una escalada de tensiones en la linde entre ambos países, informó la televisión pública serbia RTS.
Con barricadas de los serbios del norte de Kosovo, unidades especiales de la policía albano-kosovar, y una elevada preparación de combate de las fuerzas militares de ambos lados, las tensiones desatadas por la reciente prohibición kosovar a la entrada de vehículos con matrícula serbia va en aumento.
Varios medios de comunicación de Belgrado afirmaron hoy de que tanques y otros equipos militares se dirigían hacia la frontera, sin que el ejército serbio confirmara o desmintiera esas afirmaciones.
La situación se produce después de que el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ordenara el jueves pasado elevar la alerta de preparación combativa de las unidades del ejército situadas cerca de la frontera kosovar, al grado 2, de una escala ascendente que va de 1 a 3 grados.
El ministro de Defensa serbio, Nebojsa Stefanovic, recorrió hoy las tropas en el sur de Serbia junto con el embajador de Rusia, que aseguró el pleno apoyo de Moscú a Belgrado.
Por su parte, la policía de Kosovo acusó hoy a serbios leales a Belgrado de haber incendiado en la noche del viernes una oficina para las matrículas de automóviles kosovares en Zubin Potok (norte), pero éstos publicaron que el incendio probablemente se debe a instalaciones de electricidad anticuadas.
La entrada a otra oficina similar fue forzada y en la misma fueron halladas dos granadas de mano no explotadas. En ninguno de los casos hubo víctimas.
Desde Bruselas, el alto representante de la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, pidió este domingo una desescalada incondicional de estas tensiones.
"Serbia y Kosovo tienen que desescalar incondicionalmente la situación sobre el terreno, retirando inmediatamente las unidades especiales de policía y desmantelando los controles de carretera. Cualquier otra provocación o acción unilateral y descoordinada es inaceptable", dijo Borrell en un comunicado.
La escalada en las conflictivas relaciones entre Serbia y su antigua provincia (Kosovo), cuya independencia Belgrado no reconoce, se han disparado después de que la policía kosovar decidiera hace una semana prohibir la entrada en Kosovo de vehículos con matrícula serbia.
En consecuencia, la única forma de acceder a Kosovo es sustituir las matrículas serbias por unas "temporales", válidas durante 60 días, además del pago de unos cinco euros, una medida que ha despertado protestas en la población del norte kosovar, poblado por una mayoría serbia.
En protesta contra la exigencia kosovar, los serbios de Kosovo bloquearon los pasos fronterizos de Jarinje y Brnik, y Pristina mandó a la zona unidades especiales de la policía para impedir incidentes.
Los serbios kosovares y Belgrado aseguran que la medida afecta a la libertad de movimientos y las actividades económicas, sanitarias y otras de la población serbia en Kosovo.
Pristina asegura que la medida se aplica tras expirar un acuerdo de 2016 con Serbia sobre las matrículas, y que es "de reciprocidad", en respuesta a lo que realiza Belgrado en su territorio, donde lleva años quitando las matrículas kosovares de los vehículos que entran a Serbia.