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Se asume como gobernador y líder del congreso

Pedro Cervantes Roque | 20/09/2021 | 10:04

Las declaraciones del legislador José Luis Fernández Martínez que se asume como presidente de la Junta de Coordinación Política son una presunción excesiva, fuera de contexto y riesgosa para la presencia que todo gobierno que inicia y quiere configurarse. Dar la idea de fortaleza, simpatía y unidad entre los tres poderes del estado no necesariamente obliga y sustenta una declaración como esas por todos los significados que se le pueden encontrar al analizarla.
 
Ricardo Gallardo Cardona ¿asumirá como gobernador del estado y líder del Congreso el próximo 26?
 
Pongamos que esa es y ha sido una vieja forma de los gobernantes mexicanos a la hora de tomar el poder. Contar con la simpatía del Poder Legislativo fue casi una característica que tuvieron los presidentes y los gobernadores del pasado. Cuando este país comenzó a estabilizarse, sus gobernantes buscaron con afán las simpatías de los legisladores y, al principio, fueron notables las legislaturas constituidas con políticos de una sola afiliación. La oposición no tuvo fuerza entonces.
 
La modernización de nuestro sistema político ocurrió más allá de contundencia de las leyes. La presencia de políticos como Jesús Reyes Heroles dieron a México la oportunidad de abrir una transición que permitió a los opositores avanzar hacia el poder. No obstante, es evidente que el avance opositor quiere regresar al origen para invertir el orden de los factores. Es decir, quieren que los poderosos que triunfan con partidos que antes fueron oposición, conserven todo el escenario que ellos mismos sufrieron. Parece increíble.
 
Creo, sin embargo, que si eso es su deseo no debiera ser parte de una oratoria que pretende dejar por establecida una unidad entre los poderes hasta hacerlos uno solo. Es cierto que la división interna en el poder legislativo nos da la idea de que se pueden moderar los excesos y corregir los errores. Incluso allanar caminos en los que transiten los beneficios para el estado o para el país. Es posible que toleremos un “quítate tú pa´ponerme yo” pero hacerlo mediante declaraciones oficiales, no tiene sentido ni en la práctica son deseables.
 
Como en instancias federales, el Congreso del Estado puede ser mayoritario para la causa del gobernador. En la generalidad de los casos esa circunstancia puede ser benéfica para el estado y para los municipios. Sin embargo, ya se comienza a mencionar también las condiciones que se pueden generar cuando de la unidad se pasa a la complicidad y a la impunidad.
 
En todo caso, el gobernador electo debe construir sus propuestas ante el legislativo con elementos incuestionables, que se apeguen a las normas y tengan el beneficio común como premisa, lo cual hace innecesaria la declaración de su equipo de colaboradores y compañeros de partido, para crearle una imagen de fuerza y solidaridad que tal vez ahora no le es necesaria.
 
En resumen, Ricardo Gallardo Cardona no puede avasallar los dos poderes restantes durante su mandato. Toda colaboración es entendible si ocurre dentro del respeto y la claridad. No es menester una declaración formal del Congreso del Estado manifestando su respaldo porque esa no es la razón de ser del poder legislativo. El recato a veces es necesario.