Plano Informativo | 19/09/2021 | 02:21
En está vida, cada persona es única, y por eso mismo, tiene su importancia. Porque no hay nadie igual a otro; cada quien es único, e irrepetible.
Por eso, al pretender ser los primeros, lo que estamos buscando, es reafirmar nuestra unicidad. Y el que es auténtico, siempre va a ser el primero.
Por tanto, no vale la pena rivalizar con los demás; porque al pretender ser como es el otro, vas perdiendo originalidad.
Quién se compara, se iguala; y nadie es igual que el otro, ya que todos somos diferentes.
Por esa razón, Dios no reprueba el anhelo de llegar a ser los primeros, y tratar de ser alguien.
Y es bueno que lleguemos a ser los primeros; pero nunca pretender ser más que el otro; porque todos tenemos algo por donde brillar.
Pero, en ese afán por sobresalir, cometemos muchos errores; porque buscamos destacar, pero no de la forma adecuada.
Por lo mismo, hay que escuchar a Jesús, que hoy nos dice, lo qué debemos hacer, para llegar a ser los primeros.
Y nos narra el evangelio, que llamando a los Doce, les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.(Mc.9).
Si en algo queremos distinguirnos, que sea en el servicio. Pero hay que revisar, en qué podemos servir; para no querer dar lo que no tenemos, ni hacer lo que no podemos.
Ya lo dice el apóstol Santiago: “Ambicionan algo que no pueden alcanzar, y entonces combaten y hacen la guerra. Y si no lo alcanzan, es porque no se lo piden a Dios. O si se lo piden y no lo reciben , es porque piden mal, para derrocharlo en placeres”. (St.3).
Por buscar lo que no es para ti, te puedes perder; porque pides, pero no sabes cómo manejar, lo que quieres recibir.
Y lo mismo pasa, cuando pretendemos ser lo que no somos; ya que hacemos de nuestra vida una mentira. Y así, es más difícil llegar a ser el primero.
Dios, no nos va a dar lo que le pedimos, cuando aquello que estamos buscando, ni siquiera sabemos cómo manejarlo.
La mejor manera de llegar a ser el primero, es poniéndose al servicio de los demás; y no pasarse la vida, buscando reconocimientos.
Porque dando, es como se recibe; y sirviendo es como se llega a ser alguien. Y cuando menos lo esperemos, nos llegará el reconocimiento.
Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez.