De concretarse los esbozos respecto de la transformación que el próximo gobierno pretende hacer la secretaría de cultura del estado con el fin de dar un viraje a la atención a los aspectos culturales del estado podrían definirse nuevas políticas públicas en la materia que dejen reducirse a meras improvisaciones y ocurrencias de los titulares que han pasado por la mencionada dependencia y, de paso, evitar que siga siendo una cueva de vividores y coto de caza- o cobro- de la mafia casera de escritores de medio pelo, poetas de cantina y artistas plásticos que no exponen obras más allá de las paredes de sus casas que han tomado a la secretaría como su fuente de ingresos por el solo hecho de autodenominarse como tales ante la complacencia de los titulares temerosos de crear revueltas que los expongan a la crítica mediática en caso de tratar de alzarles la canasta o exigirles una mayor productividad.
De sobra es conocido que desde que existe la mencionada secretaría se convirtió en refugio o rehén de los personajes locales que ante la ausencia de valores culturales reales se han erigido en propietarios de la cultura en cualquiera de sus expresiones del territorio potosino, bandera con la que han navegado y engañado a los que han pasado por la titularidad.
El control de la dependencia y la falta de energía de los secretarios les ha permitido repartirse a su antojo las jugosas becas y estímulos económicos que la Secult puede entregar además de que varios de este grupo ocupan cargos importantes dentro de la secretará devengando salarios de primera a pesar de que tanto la promoción como la difusión cultural de SLP esté por los suelos en el estado lo que hace necesario marcarles un alto y retirarlos de la ubre presupuestal.
Antes de crearse esta secretaría las actividades culturales estaban a cargo de la dependencia de turismo.
Y Quizás una de las expresiones culturales más importantes que se ha llevado a cabo dependió de la misma en tiempos del profesor Carlos Jonguitud Barrios quien a iniciativa de su amigo y entonces director estatal de educación pública del estado José Luis Cervantes alentó y aprobó la realización del recordado festival de Primavera Potosina que, entre otras cosas, abarcaba la presentación de espectáculos culturales locales y extranjeros en los por ese tiempo existentes 56 municipios con la salvedad de que la mayoría de los grupos que venían no cobraban pues se gestionaba que vinieran con las embajadas de países extranjeros en México.
Así entonces ojalá y que el gobernador electo Ricardo Gallardo Cardona no se deje convencer por alguna de las “vacas sagradas de la cultura” local que intenten venderle alguna recomendación de alguien de los suyos que les garantice la continuidad de los privilegios económicos de que han gozado sin justificar un peso de los miles que se embolsan por el único hecho de pertenecer al grupo de “mafiosillos de la cultura potosina que han hecho de la Secult su negocio particular, ya basta bola de baquetones.
