Es un magnífico edificio que antes fue un teatro
San Luis Potosí es una ciudad bella arquitectónicamente y caracterizada por su cultura, y prueba de ello es la existencia de magníficos edificios que, en su momento, fueron parte de la vida social de la capital potosina. Si nos remontamos al año de 1911, encontraremos vestigios del Teatro Cine O'Farril, que en ese año abrió sus puertas a los potosinos.
Este bello edificio, ubicado en la calle Álvaro Obregón, fue obra del ingeniero Joaquín Ibarra. El Teatro O'Farril se inauguró el 16 de Septiembre de 1911, la construcción, de estilo europeo, llegó a contar con la infraestructura exigible de un buen teatro. Después pasó a ser el Teatro Imperial, relata en el portal de Imágenes Históricas el historiador Carlos Aguiñaga.
Cabían 1,200 personas cómodamente sentadas
De acuerdo a lo publicado en el portal ‘Una Mirada a los Archivos Históricos’, era un teatro de estilo neoclásico tardío, al que le fue incorporado un proyector Lumiére en el escenario para proyectar las famosas vistas cinematográficas y tenía capacidad para un aforo aproximado de mil 120 personas cómodamente sentadas. Su inauguración se llevó a cabo en septiembre de 1911, y dos años después de su apertura este recinto fue remodelado.
Para 1913 se incorporó una cabina para proyección y una pantalla de buenas dimensiones para proyectar los primeros documentales de la Revolución Mexicana y las primeras cintas mudas en la ciudad.
Se baja el telón
A pesar del éxito de este establecimiento, en 1930 el Teatro Cine O'Farril cierra sus puertas, sin embargo para 1932 se reinauguró como el Cine Imperial, proyectando por dos décadas los filmes de la época de oro del cine mexicano.
De teatro a banco
Existe muy escasa información sobre el año y las causas del incendio que afectó el edificio, sin embargo esto ocasionó que el teatro dejara de funcionar ya que el fuego acabó en su totalidad con el famoso Teatro O'Farril.
A pesar de que los daños fueron cuantiosos, se logró el rescate de la fachada principal y su fachada lateral de salida por la calle Morelos, que tiene mucho parecido con la principal; el siniestro que acabó con este recinto se registró en plena función de cine, según los relatos de historiadores que tuvieron acceso a personas que vivieron en esa época, y esta tragedia fue la razón por la que se decidió el cierre definitivo del recinto, sin embargo el inmueble pasó a convertirse en el Banco de Londres y México; después se convirtió en las oficinas bancarias de Serfín y actualmente alberga una sucursal de Santander.
No tiene el reconocimiento que merece
A pesar de su belleza e historia, este inmueble no ha recibido el valor histórico que merece por ser un testigo de la historia que se mantiene de pie.
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