Si abres los ojos, ya no los quieres cerrar tania.mdavila@gmail.com
Para mi? es una pra?ctica cotidiana reflexionar sobre lo que hago y co?mo me siento. Tengo bien instalada la disciplina de la introspeccio?n como un me?todo para estar en contacto conmigo misma y para tomar decisiones ma?s inteligentes, ma?s coherentes con quie?n soy y lo que quiero. En esta pra?ctica he andado por varios caminos. Desde dejarme llevar hacie?ndome consciente una tarde solitaria, hasta llevar a la pra?ctica lo que aprendo en las terapias: constelaciones familiares, psicolo?gicas, psicoanali?ticas... en fin. Es comu?n que ronden preguntas da?ndome vueltas en la mente, pero lo que no me habi?a sucedido era toparme con una las preguntas ma?s duras que el ser humano se ha hecho desde siempre: Si al morir no me voy a llevar nada entonces, ¿cua?l es el sentido de la vida?
Nos pasamos ma?s de 8,12 y hasta 16 horas diarias persiguiendo la riqueza material. En el trabajo, los traslados, los contactos, las cotizaciones, las interminables juntas ahora por Zoom. Todo ese esfuerzo nos entrega satisfacciones como un sentido de bienestar, satisfaccio?n, y cosas caras, exclusivas, preciosas: un carro, un perfume, un viaje, una joya. Pero asi? hayamos manejado el vehi?culo de nuestros suen?os, nos per- fumemos para oler a parai?so, nuestras vacaciones sean la envidia en redes sociales y amemos que nuestros dedos brillen con diamantes, nada de eso nos vamos a llevar el di?a que partamos de este plano.
¿Cua?l es el sentido de la vida?
De pronto obtuve la respuesta, trillada, realmente ma?gica: el amor.
Vale ma?s dejar de sobreanalizar y dedicarnos a sentir; ser ma?s conciliadores y menos combativos; tener menos prisa y disfrutar del tiempo, el aqui? y el ahora, ahora cuando estamos vivos.
Crei? que estaba despierta, hasta que tuve este destello de lucidez. Solo eso, alcance? a dar un pequen?o vistazo a la sabiduri?a que esta? alla?... afuera, el cual realmente nos ro- dea y vive dentro de nosotros. Aprender a vivir en amor propio es la ma?gica experien- cia que nos da la eterna felicidad que tanto buscamos afuera.
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