Jueves 21 de Noviembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Las emociones... y el riesgo de no conectar

Clara Villarreal | 27/07/2021 | 19:20

Lo habÍa escuchado desde lejos, era una emoción que les llegaba a otros, a mi no... y quizá por eso, aunque sabía de su existencia, nunca le había prestado atención realmente, hasta que dentro de mi sentí que despertó, como un destello, una llama pequeña pero encendida.
 
Sucedió más o menos con la pandemia; no podría precisar bien el momento. Al principio parecía que estaba acelerada, pero pensé seréa comprensible por el trabajo y tantos cambios a los que tuve que hacerles frente en ese tiempo. Lo más fácil fue encender un cigarro electrónico y dejar que el vapor mitigara el malestar.
 
Sin embargo se volvió persistente. Ya no siempre era el acelere, a veces era una angustia o una sensación abstracta, o como el presentimiento de que una desgracia estaba a punto de acontecer. Si me sucedía durante el día, trataba de ocupar la mente con el trabajo, el celular, la computadora y el vaping.
 
En las noches era más difícil... me quitaba el sueño... estaba realmente agotada pero no lograba pegar los ojos. En una que otra ocasión había padecido insomnio por lo que, muerta de cansancio, me dirigí a la caja donde guardo todas las medicinas y me tomé una pastilla para dormir. Al poco tiempo estaba sobre mi cama descansando inundada por una paz temporal.
 
El ciclo se reactivaba en la mañana, pero yo ya tenía mis “soluciones”, a medias, compradas, que me otorgaban pequeños momentos de serenidad pero me desconectaban de mi misma.
 
Es cierto que vivimos tiempos de crisis en más de un sentido y que es entendible que no todos los días amanezcamos con la energía a tope a la confianza del triunfo. No tiene nada malo sentirse así de vez en cuando. El problema está en cuando rechazamos esta sensación y en lugar de reflexionar qué la está provocando o por qué nos sentimos asá, empezamos a querer taparla con falsos remedios.
 
Las emociones aunque no sean las mejores o no sean “positivas”, aunque no nos encanten nos hablan de una situación que nos está moviendo en el interior, estamos reaccionando positiva o negativamente ante un estímulo que nos favorece o lastima. Cuando analizamos nuestras emociones estamos más conectados con nosotros mismos, tenemos mayor conocimiento de por qué actuamos como actuamos o tomamos las decisiones que tomamos. Nos ayuda a vivir en congruencia con quienes somos y al final, nos termina dando mucha paz.
 
El riesgo de no reflexionar sobre cómo nos sentimos, particularmente cuando juzgamos las sensaciones como negativas es que perdemos la conexión con nosotros mismos y nos podemos perder y terminamos haciendo cosas que no son verdaderamente nuestras. Las consecuencias pueden comprometer seriamente nuestra salud física y, por supuesto, mental.
 
Esto me puede pasar a mi, te puede pasar a ti o le puede pasar a otro. ¿Estás consciente de cómo te sientes hoy?
 
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